Cómo quererse a sí mismo en 5 sencillos pasos

El primer paso para aprender a amarse a sí mismo es comprender el significado del amor propio. Piénsalo en el contexto del amor que sientes por tu pareja o por un amigo cercano: Eres consciente de sus defectos, pero aprecias cómo esas imperfecciones conforman a la persona que te importa, en la que confías y a la que apoyas. El amor propio significa aceptar tus puntos fuertes, tus puntos débiles y todo lo que hay en medio", dice Hannah Elise Rose, LCPC, terapeuta que ejerce en Baltimore. Cuando te amas a ti mismo, dice, puedes reconocer tus errores y trabajar para cambiarlos o enmendarlos, pero también perdonarte a ti mismo en lugar de quedarte con tus defectos.

Además, la falta de amor propio puede afectar negativamente a tu bienestar. Las investigaciones han descubierto que la baja autoestima está relacionada con la depresión y con una peor salud mental y física

en general. "La depresión te lleva a pensar de forma muy negativa sobre ti mismo", explica la doctora Melanie Greenberg, psicóloga clínica de Mill Valley (California) y autora de The Stress-Proof Brain(El cerebro
a prueba de estrés).

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E incluso si no experimentas ningún síntoma depresivo, Greenberg dice que tener amor propio te hará más resistente a los acontecimientos negativos de la vida que puedas experimentar: "El amor propio reduce tu sufrimiento", dice. En otras palabras, puede ayudarte a reconfortarte en los momentos difíciles y a salir más tranquilo. He aquí cinco formas sencillas de aumentar tus sentimientos de amor propio, según Hamilton y otros expertos.

Presta atención a tu postura.

Hamilton estudió las últimas investigaciones en química cerebral, neurociencia, psicoterapia y técnicas de desarrollo personal, utilizándose a sí mismo como conejillo de indias. Describe los resultados y ofrece decenas de técnicas para mejorar tu amor propio en su libro de 2015 I Heart Me: La ciencia del amor propio. Uno de los primeros pasos importantes de Hamilton hacia el amor propio fue sintonizar con su lenguaje corporal y su postura: "Hay una relación bidireccional entre tu mente y tu cuerpo", dice. Todas las mañanas, durante un mes, practicó una "pose de poder", una técnica parecida a la de ponerse de pie con las manos en la cadera, popularizada por la psicóloga social Amy Cuddy. A lo largo del día, se sorprendía a sí mismo encorvado

y echaba los hombros hacia atrás. Estos sencillos movimientos dieron a Hamilton "un sentido interno de valor, que alertó a mis músculos faciales para que se suavizaran y me permitiera proyectar compasión", dice.

Haz cosas que te gusten.

Rose recomienda a los clientes que luchan contra el amor propio que hagan lo que les hace sentirse bien consigo mismos, ya sea hornear galletas, tomar una clase de yoga o ir a terapia.

Aprende a decir no.

Igual de importante, dice Rose, son las cosas que no se hacen, como negarse a obsesionarse con las interacciones sociales incómodas y no asumir más responsabilidad de la que se puede manejar en el trabajo. "Una persona que practica el amor propio será capaz de establecer límites, de decir no cuando quiera decir no, incluso cuando sea incómodo", dice.

Acude a un terapeuta.

A veces, la falta de amor propio se debe a una relación tóxica, a problemas no resueltos de la infancia o a otros obstáculos que es mejor tratar con un profesional. "Si los pensamientos negativos sobre uno mismo afectan seriamente a la capacidad de seguir adelante con la vida -no se obtiene placer de las cosas, se rumian constantemente pensamientos negativos sobre uno mismo, se está aislado y retraído o se tiene un trauma grave-, merece la pena que un terapeuta lo evalúe", dice Greenberg. Uno de los ejercicios que realiza con sus clientes es preguntar: " ¿Qué voz escuchas cuando te criticas a ti mismo? ¿Alguien en tu pasado te trat ó así? "Si viene de la infancia, imagínate a ti mismo como ese niño y sé compasivo", dice Greenberg. "El amor propio es algo así como convertirse en un buen padre para ti mismo para poder calmar a tu niño interior".

No esperes la perfección.

Tener amor propio no significa que nunca más tengas un pensamiento negativo sobre ti mismo. Cuando te enfrentes a un momento en el que tu instinto sea el de machacarte, acepta esa inclinación, pero piensa en cómo tratarías a un ser querido en la misma situación. Greenberg dice que esto a menudo hace que sea más fácil mostrar compasión hacia ti mismo. A continuación, trabaja para perdonarte a ti mismo: "Haz algo productivo que te haga sentir bien, como el voluntariado, la donación a una organización benéfica o el cuidado de alguien", dice, "y cuando lo hayas hecho, sigue adelante". El perdón puede ser un proceso. Puede llevar tiempo. Sólo tienes que seguir trabajando en ello".

Una vez que hayas hecho el duro trabajo de aprender a quererte a ti mismo, estarás a la altura de todo tipo de retos. Imagina que tienes que hacer una gran presentación en el trabajo. Si te amas a ti mismo, entrarás en la sala con confianza. Reconocerás tus emociones y serás amable contigo mismo si te sientes nervioso. Puede que tomes riesgos más calculados en lo que presentas, porque tendrás menos miedo al rechazo. Te sentirás seguro estableciendo límites, como decir "no puedo trabajar en eso ahora mismo" cuando un superior te pida que termines un proyecto diferente a la misma hora en que debe hacerse tu presentación. Luego, si la presentación no va bien, te sentirás decepcionado, por supuesto, pero las personas que se quieren a sí mismas no dejan que ese resultado cambie su visión de sí mismas como algo valioso.

Rose lo explica así: "Imagina que después de la nefasta presentación, te llaman a la puerta unos invitados no deseados: vergüenza, duda, miedo y odio a uno mismo. En lugar de dejarlos entrar para que te hagan sentir fatal, el amor propio te permite abrir la puerta, ver a los invitados, tomar la decisión de decir 'No, gracias' y cerrar la puerta", dice. "Si eso no es empoderamiento, no sé qué lo es".