Chicas masturbándose en público para protestar contra la ablación
¿Mujeres masturbándose en público para denunciar la ablación? Esa fue la idea de tres jóvenes creativos, Kong, Jesse y Jason, para poner en marcha una campaña que ha encendido a colectivos feministas y que ha desembocado en el cierre temporal de su página web, Simple Pickup.
Su "experimento" consistía en acoplar un vibrador a una especie de toro electrónico, llevarlo a un paseo junto a una playa californiana y solicitar a chicas (todas ellas jóvenes, guapas y preferiblemente en bikini) que se subieran al invento y se masturbaran. ¿El gancho? La caridad. Por cada segundo de placer, cinco dólares iban destinados a la organización "Orchid Project".
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En principio, la idea es original y, sin duda, impactante, si lo que se pretendía era conseguir visibilidad. Sin clítoris no es posible que las mujeres obtengan placer sexual, aunque no deja de ser una forma de simplificar una problemática que afecta a millones de niñas y mujeres en todo el mundo.
Como era de esperar, el resultado ha revolucionado la red. Los colectivos feministas se han indignado tras una campaña que, consideran, poco tiene de solidaria, afirmando que los jóvenes sólo pretendían divertirse a costa de la generosidad de las chicas, mientras que en Internet no cesan las críticas, algunas tan ácidas como esta: "Ojalá fuera posible quitarse el hambre frotándose el vientre".
La polémica suscitada ha llevado al cierre temporal de su página web. Los autores han dejado una sutil dedicatoria para quienes intenten acceder: "Simple Pickup está fuera de servicio de forma indefinida. Sigan soñando, señoras. Sólo estamos en construcción. Volveremos en unos días”.
La reputación de los chicos no mejora si se accede a su página de Facebook y a su canal de Youtube (cuyo nombre, algo así como "Vivir la vida en modo Dios", es toda una declaración de intenciones): ambos están plagados de memes machistas y tópicos de dudoso gusto sobre las diferencias entre hombres y mujeres.
No es la primera vez que la comunicación en la era 2.0 roza los límites de la ética. Habría que preguntarse si el fin justifica los medios, si la necesidad de que una campaña impacte y se convierta en viral por una buena causa justifica la banalización de un tema tan controvertido y que acarrea tanto sufrimiento. En este caso, parece que la balanza se inclina en contra.
Y a vosotras, ¿os parece una buena idea este tipo de campañas, con mujeres masturbándose en público para denunciar un problema tan importante como la ablación?
