Las secuelas de haber sido violada eran incurables y acabó pidiendo la eutanasia
Esta joven acabó pidiendo la eutanasia por no poder superar el trauma de haber sido violada durante años.
El caso de una joven fallecida hace un año en Holanda acaba de salir a la luz debido a la polémica que generó. Una joven de 20 años pidió su propia muerte –legal en Holanda desde 2002– después de estar más de diez años sufriendo las secuelas de haber sido violada desde que tenía cinco años. Es el primer caso de suicidio asistido que se aplica a una persona con problemas psicológicos y no físicos.
Los abusos continuados entre los cinco y los quince años provocaron a la víctima múltiples secuelas, entre ellas, anorexia severa, depresión crónica, alucinaciones y unas compulsiones que hacían que no pudiera moverse de la cama. A pesar de llevar un tratamiento intensivo durante años, la joven no conseguía recuperarse, lo que le hizo pedirle a sus médicos la muerte.
Confesó haber sido violada en la Universidad y destapó una dura realidad Nikki Phillippi se enfrentó a las reacciones por haber aplicado la eutanasia al perro que mordió a su hijo
Los doctores que la trataron coincidieron en que los problemas que sufría eran incurables, por lo que accedieron a practicarle la eutanasia. Ahora, su caso ha sido revelado por la Comisión Estatal para la Eutanasia de Holanda, ya que es la primera vez que esto se le permite a alguien con problemas mentales. A pesar de los problemas, los médicos aseguraron que la mujer era completamente competente y que podía decidir por ella misma.
Al igual que esta chica de 14 años, esta joven de 20 acabó pidiendo la eutanasia. En su caso, por los problemas mentales incurables que le habían provocado los abusos sexuales.
Esta enfermera estuvo 42 años en coma por una violación.
