Una enfermera judía amamanta al bebé de una paciente palestina
Hay veces en las que las personas somos capaces de olvidar aquello que nos separa y ponemos por encima de todo el valor de la humanidad. Esto es lo que ha sucedido con esta historia, que ha llegado al corazón del mundo entero.
Tras un accidente en el que su marido no sobrevivió, la señora Ramila fue hospitalizada con heridas graves junto a su bebé. Durante horas, una enfermera del centro trató de alimentar al pequeño con biberones, tal y como mandan las normas, pero no fue capaz. Pasadas nueve horas la profesional, desatendiendo la normativa decidió amamantar al bebé ella misma. Ya de por sí es una historia conmovedora, pero todo adquiere mayor significado al saber que la enfermera es judía y el bebé palestino.
La profesional sanitaria alimentó al bebé hasta un total de cinco veces: ”Sus tías estaban sorprendidas de que una judía amamantara al bebé, pero les dije que cualquier madre haría lo mismo. Sus tías me abrazaron y me dieron las gracias. Estaban realmente sorprendidas”.
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Al terminar su turno, no era posible llevarse al bebé a casa y tampoco podía quedarse en el centro, ya que debía regresar a cuidar a sus hijos. Así que Ula Ostrowski-Zac, que es el nombre de la enfermera, decidió hacer un llamamiento por las redes sociales para que mujeres de la zona se ofreciesen voluntarias para alimentar al pequeño, independientemente de su religión: “Esta historia representa al verdadero Israel. Cualquier madre en Israel hubiera hecho lo mismo. La conexión humana es muy fuerte”.
Gestos como estos son los que nos definen como seres humanos, pequeños detalles llenos de amor y solidaridad que hacen que recuperemos la fe en la sociedad.
