Se suicida después de ser presionada por su marido para hacerse un test de virginidad
Una joven de 18 años se ha suicidado después de que su marido, con el que se había casado en un matrimonio concertado, se negara a creer que era virgen.
Rajabbi Khurshed, una joven de 18 años de Tajikistán, se ha quitado la vida bebiendo una gran cantidad de vinagre a los 40 días de estar casada. En este país asiático, al igual que ocurre en muchos otros, los padres organizan a sus hijos matrimonios concertados cuando son muy jóvenes. En estos matrimonios son los padres los que deciden todo por sus hijos, que se ven obligados a aceptar sin ni siquiera mantener una relación previa con su contrayente. Además de esto, las mujeres tienen que pasar previamente un test que certifique que es virgen y unos análisis que confirmen que está sana.
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Aunque Rajabbi superó las dos pruebas, su marido, Zafar Pirov, de 24 años, no creía que fuera virgen y la obligó a repetir el test en dos ocasiones. Volvieron a confirmar que era virgen pero, aún así, pidió una segunda esposa, algo con lo que Rajabbi se sintió humillada.
La joven no podía soportar la presión a la que estaba siendo sometida y, tras quejarse a sus padres y que estos no hicieran nada, se quito la vida. Rajabbi contó a su familia que se había sentido humillada después de que su marido no la creyera a pesar de haberse sometido al test de virginidad en varias ocasiones.
Los motivos que llevaron a Pirov a desconfiar de la virginidad de su nueva esposa fueron las relaciones sexuales que mantuvieron en la noche de bodas. Esto hizo que sometiera a su mujer a una presión tan extrema que la llevó a quitarse la vida.
Ahora, el que fue su marido, podría enfrentarse a ocho años de prisión al ser responsable de la muerte de Rajabbi.
