6 problemas de ser mujer en el mundo actual
6 problemas de ser mujer en el mundo actual
Las mujeres se enfrentan a infinitos problemas por el mero hecho de ser mujeres, problemas que podríamos hacer desaparecer de un plumazo si desapareciera el patriarcado. Entonces, por nacer mujer no se empezaría la carrera por la vida con varios kilómetros de retraso respecto a la casilla de salida. Sin embargo, la sociedad no está todavía preparada para que las mujeres alcen la voz y se hagan valer, dejando de ser meras incubadoras gestantes y criadas que te dejan la cocina limpia, o incluso el salón, siguiendo las instrucciones de Marie Kondo. La famosísima japonesa ha venido a este mundo para recordarnos que es mejor no vivir rodeados de un montón de basura en el salón. Ni en la cocina.
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Las mujeres no siempre pueden decir NO
Uno de los lemas del feminismo que está modernizando la sociedad actual es el: #NoEsNo. Estas tres palabras significan que cuando una mujer dice que no, significa que no quiere hacer ese algo sobre lo que cae el adverbio. Los hombres lo tienen más fácil para decir que no, y se les crea. Muchas mujeres se ven obligadas a hacer ciertas cosas (asumir trabajos, mantener relaciones sexuales, etc.) porque se sienten más o menos obligadas. Muchas mujeres se autoobligan a hacer ciertas cosas porque piensan que no tienen derecho a decir que no. También, realizan las tareas más insignificantes y más sucias porque a veces, las mujeres que no están empoderadas se sienten pobres de espíritu, pensando que su tiempo no es tan importante como el de otros hombres que la rodean. Por esta razón, en las oficinas, las mujeres se ven relegadas al tipo de tareas que no quiere realizar un hombre. Salvo que se trate de una mujer poderosa y con carácter, feminista, como Ana Patricia Botín.
Las mujeres se sienten cuestionadas por los miembros de su propia familia
Como a las mujeres, en ocasiones, se les considera seres inferiores incapaces de tomar sus propias decisiones de forma correcta, muchos familiares se sienten casi obligados a entrometerse como no lo harían con un hombre. A cualquier mujer que haya engordado un poco ya se le pregunta si está embarazada, si una mujer sufre un desengaño amoroso, se la culpabiliza... Las mujeres, ante este tipo de comentarios y frases inoportunas, deberán siempre contestar con ironía y humor. También, es recomendable que ni suegras ni madres se entrometan demasiado en nuestras relaciones de pareja.
En las relaciones de pareja, las mujeres toman pocas decisiones
A los hombres más machistas les encanta quejarse de que "sus jefas" (tal y como denominan con desprecio a sus novias o esposas) les obligan a hacer cosas, como por ejemplo ducharse, volver a casa después del trabajo y no distraerse demasiado en bares o en salones de juego... Las mujeres mandan, sí, pero para poner orden en un hogar que se cae a pedazos. Los hombres toman las decisiones importantes de la familia. Cuando el patriarcado termine, hombres y mujeres podrán tomar las decisiones en igualdad de condiciones. Una mujer puede luchar toda su vida para que su hogar se mantenga en pie, para que los niños no caigan en las drogas y aprueben bien todos sus estudios, incluso que vayan a la universidad. También luchar para que su matrimonio se mantenga a flote, mientras el hombre despreocupado no se preocupa ni por sus hijos ni por el amor de su mujer. Son esos hombres los que después se buscan amantes de 22 años.
En el trabajo, las mujeres tienen que contestar a incómodas preguntas
Las mujeres en edad fértil, entre los 25 y 40 años, tienen dificultades para incorporarse al mercado laboral porque los empresarios consideran que se podrán quedar embarazadas. Si las bajas de maternidad y paternidad tuvieran la misma duración, en ese caso, las mujeres ya no estarían discriminadas ya que tanto varón como hembra, tendría al menos cuatro meses de baja tras dar a luz. En el trabajo, a algunas mujeres se les obliga a firmar un documento bajo el que, declaran, no se quedarán embarazadas en los próximos años. Este tipo de documentos es ilegal, como muchas de las prácticas que realizan los empresarios como no pagar las horas extra y pagar sueldos por debajo del salario mínimo interprofesional.
A las mujeres las interrumpen todo el rato
Las mujeres no siempre pueden expresar sus ideas o conocimientos, porque siempre habrá un hombre dispuesto a interrumpir, dispuesto a rebatir su discurso. Puede ser que una astronauta con muchos años de experiencia a sus espaldas se vea en la tesitura de verse interrumpida por un tuitero que no tenga ni idea de física. La mujer tiene que demostrar el doble y es que una Ingeniería en Telecomunicaciones tiene tanto valor como una cuenta en Twitter de un hombre, si es que los dos quieren mostrar un argumento.
Las mujeres no pueden evitar prestar dinero
Cuando una mujer ya ostenta cierto tipo de poder y tiene una cuenta corriente abultada, rápidamente aparecerán sobrinos o amigos muy interesados en que suelte la pasta y le preste el dinero para algo.
Al final, las mujeres lo único que queremos es vivir tranquilas y felices, aunque nos pasemos buena parte de nuestra vida sin querer salir de la cama por todo lo que pueda pasar ahí malo. Es un rollo ser mujer, aunque también está bien a veces. Lo importante es ser buena persona, siempre.
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