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Cómo aplicar el bronceador para conseguir un brillo natural y bronceado

Cómo aplicar el bronceador para conseguir un brillo natural y bronceado

Te aplicas religiosamente la protección solar (¡bien!), pero como resultado, puede que tu rostro se vea un poco apagado. No renuncies a tu hábito de usar el SPF: puedes fingir un brillo cálido y bronceado en segundos con el bronceador adecuado. El único inconveniente es que el bronceador es fácil de estropear. Unos pocos errores pueden dejarte con un aspecto anaranjado, con un tono turbio o con brillos en los lugares equivocados. Por suerte, puedes conseguir un look bronceado muy natural con nuestros secretos profesionales sobre qué hacer (y qué no hacer) cuando se trata de usar el bronceador.

HACER: Cambiar las fórmulas brillantes por las mates.

Los bronces brillantes le dan a tu cutis un aspecto brillante y resplandeciente. Pero en una piel grasa, puede hacer que el aspecto sea todo menos natural. Lo mismo ocurre con la piel normal si empiezas a sudar.

Evita los brillos para el rostro y opta por unos polvos de acabado mate o satinado, como los que elige Beauty Lab a continuación. Si te apetece añadir un poco de brillo, úsalo para resaltar la clavícula, los hombros y el escote.

NO: Utilizar un tono demasiado oscuro.

Un color demasiado intenso para tu tono de piel puede hacer que tu cutis parezca turbio y poco natural, y no bronceado. En su lugar, sigue la regla del dos: Elige un tono de bronceador que no sea más de dos tonos más oscuro que tu tono de piel. Sostén la polvera directamente sobre tu piel para medir el color.

HACER: Utilizar la brocha adecuada para obtener los mejores resultados de bronceado.

Muchas mujeres eligen brochas kabuki para utilizar el bronceador, pero las brochas con cerdas densas como éstas pueden hacer que apliques el producto en exceso. Para una aplicación más ligera, opta por una brocha para colorete o para polvos, como las brochas más probadas de Beauty Lab, o una brocha para bronceador angular, ambas con cerdas más sueltas.

NO: Sobrecargar la brocha con producto.

Empapar la brocha con el bronceador y aplicarlo directamente sobre la piel es una receta para el desastre. El pigmento del bronceador puede quedar demasiado concentrado en una zona. La mejor técnica: Remover, dar golpecitos, aplicar.

Haz girar la brocha en el bronceador con movimientos circulares para cubrir todo el cabezal de la brocha, y luego dale unos golpecitos para eliminar el exceso y evitar la sobreaplicación. Y si utilizas una fórmula líquida o en crema, al igual que la base de maquillaje, asegúrate de aplicar gradualmente una capa de producto hasta conseguir un color bonito y bronceado.

HACER: Aplicar estratégicamente el bronceador en lugar de cubrir el rostro.

Un velo de bronceado aplicado con una brocha grande y esponjosa puede quedar bien si tienes una mano increíblemente ligera, pero es fácil desviarse hacia un territorio exagerado y terminar con tu cara de un color diferente al del resto de tu cuerpo.

En su lugar, aplique el bronceador sólo en los puntos que reciben naturalmente el sol: la frente, la parte superior de la nariz, a lo largo de los pómulos y la línea de la mandíbula.

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