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Cómo soltar el control

¿Cómo de diferente sería tu día si dejaras de lado el impulso de controlar los resultados y el comportamiento de los demás? ¿Qué pasaría si simplemente te dejaras llevar y dejaras que todo fuera? ¿Su mente comienza a correr ansiosamente por todas las cosas que podrían salir mal?

Todos queremos tener capacidad de decisión sobre nuestras vidas y, en gran medida, la tenemos. Sin embargo, las cosas se tuercen cuando tratamos de ejercer control sobre cosas que están intrínsecamente fuera de nuestro control. Gastamos mucha energía en intentar cambiar lo inmutable. Pero he aquí una simple verdad: no tienes el control. Tú ESTÁS en asociación con el Universo.

A continuación, comparto cinco formas prácticas de soltar el control para tener una vida más feliz.

Paso 1: Céntrate en lo que puedes controlar.

Las cosas que puedes controlar son tus acciones, reacciones y palabras. Las cosas que no puedes controlar son el tiempo, el tráfico, el comportamiento de los demás y lo que la gente piensa de nosotros.

Suponiendo que sea algo que puedas controlar, pregúntate si es necesario. Algunas cosas no son realmente tan importantes. Si es algo que puedes cambiar, y es importante para ti, pon tu energía en ello y hazlo lo mejor que puedas.

Paso 2: Entiende por qué sientes la necesidad de controlar lo incontrolable.

Cuando pienses en una situación o persona que no puedes controlar pero te sientes obligado a intentarlo, identifica el sentimiento que subyace al deseo de controlar. ¿La situación le produce miedo? ¿Crees que las cosas no saldrán como quieres? ¿Tienes miedo de perder el amor o el respeto de alguien? Analiza esos pensamientos y trata de entender lo que te dicen y de dónde vienen. Trata tus problemas de control como a un amigo querido. Escucha, sé amable y préstales toda tu atención.

Paso 3: Aceptar el resultado de antemano.

Para soltar los impulsos de control, tenemos que estar dispuestos a aceptar el resultado, sea cual sea. Es probable que no sea como lo habíamos imaginado, pero al dejarlo ir, dejamos espacio para que se produzca un resultado aún mejor. Describo este paso como rendirse al proceso de la vida. Para muchos, la palabra "rendirse" sugiere que hay que renunciar a algo y, por lo tanto, entregarlo. Todo lo contrario, la rendición es el simple acto de ceder al flujo de la vida en lugar de oponerse a él. Significa reenfocar tu energía en lo que está bajo tu control y dejar ir lo que no lo está. Se trata de actuar y reaccionar de forma que apoye tu crecimiento cuando la vida se desarrolla de forma inesperada.

Dejar ir nos permite trascender emociones dolorosas como la decepción, la ira y la tristeza. Porque en el núcleo de la rendición está la convicción de que el Universo es misericordioso y que, en última instancia, trabaja en nuestro mejor interés (incluso cuando no entendemos cómo).

Paso 4: Ten un mantra.

Los mantras son una poderosa taquigrafía. Ten uno preparado cuando necesites recordar tu decisión de dejar de lado las cosas que no puedes controlar. He aquí algunos ejemplos.

  • Sé a qué entregarme y a qué no.
  • No tengo el control, y eso está bien. Nunca lo he tenido.
  • Rendirse no es una debilidad. Hay una gran fuerza en dejarse llevar.
  • Tengo certeza en el proceso, incluso cuando el resultado es desconocido.

Paso 5: Disfruta de lo bien que te sientes.

Dejar ir nos da más libertad de la que podría dar el control.

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