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Cómo recibir a tus suegros sin perder la cabeza

Si tienes una relación sana con tus suegros y disfrutas pasando tiempo con ellos, ¡es increíble! (Si la idea de que tu suegro se aclare la garganta una vez más te provoca un paroxismo de rabia silenciada en la cavidad torácica, aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a lidiar con ellos si te toca ser su anfitrión, una vez más.

Primero: ¿Pueden quedarse en otro sitio?

Si los suegros te ponen de los nervios, ¿deben quedarse contigo? ¿Estás seguro? ¿Hay alguna excusa que puedas evocar razonablemente: un miembro de la familia que no está vacunado, una habitación de invitados que necesita alguna reparación de emergencia o, simplemente, una versión educada de la verdad? No: "Tu menoscabo de mi paternidad es grosero, y no soporto oírte masticar". Algo más parecido a: "Con X, Y y Z en marcha, no tenemos el ancho de banda para la compañía en este momento, pero aquí hay algunos hoteles cercanos". O una de estas otras opciones honestas y diplomáticas. Si no hay forma de evitar que se alojen en tu casa, lo siento mucho; por favor, pasa al segundo paso.

Prográmelo cuando le convenga (y fije una fecha de salida)

Regla número uno para recibir a los suegros con los que no te gusta pasar el rato: Nunca dejes que los suegros dicten cuándo van a venir. Claro que pueden sugerir horarios y ofrecer disponibilidad. Pero recuerda: tú y tu pareja debéis decidir cuándo es mejor su visita. No permitas que te estropeen tu horario habitual, un evento divertido que has estado esperando, o que se queden una semana cuando unos pocos días es todo lo que puedes hacer razonablemente. Hablando de eso: Fija siempre una fecha de salida firme (con una razón que la respalde), o su visita puede amenazar con prolongarse varios días, especialmente si viajan en coche.

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Establezca expectativas y límites para la visita

Si tienes plazos de trabajo importantes, deberes de preparación de las vacaciones o simplemente una clase de ejercicio a la que nunca faltas porque es importante para tu bienestar, hazles saber con antelación cuándo no estarás disponible durante su visita. Ofréceles ideas de excursiones y actividades cercanas que puedan hacer por su cuenta mientras tú estás ocupado. Si te gusta dormir hasta tarde pero ellos se levantan con las primeras luces del día, diles con antelación dónde encontrar el desayuno y el café y que se sirvan ellos mismos, porque tú no saldrás a la superficie hasta las 10 de la mañana aproximadamente.

Acuerda con tu cónyuge que será él quien tome la iniciativa

Puede que tu cónyuge necesite que le recuerdes que es él quien debe tomar la iniciativa de ser el anfitrión. Hazle saber que te parece bien hacer los preparativos entre bastidores (o lo que estés dispuesto a hacer), pero que si se sienta a leer el periódico o a ver la televisión mientras tú te ves obligado a mantener una conversación trivial durante días con alguien que te niega sutilmente el deporte, estará en tu lista de cosas pendientes. Deja claro que esperas que dirijan las actividades, la conversación y que se encarguen de las posibles interferencias en las discusiones, para que no te quedes esencialmente haciendo de niñera de sus padres.

Piensa en las resoluciones de los conflictos (y en los guiones)

Antes de que lleguen, siéntate con tu cónyuge y haz una lista de los cinco o diez comentarios o problemas negativos que puedes prever que surjan. Juntos, piensen en cómo abordarán estas situaciones y redacten guiones sobre lo que dirán para resolver cualquier conflicto. Y sí, la respuesta debe venir de tu cónyuge siempre que sea posible, para que tus suegros sepan que su hijo es el responsable de la decisión, y que tú no tienes la culpa.

Programe un cuidado personal adicional para antes y después

Ayuda que no seas una bola de estrés y ansiedad reprimida cuando lleguen, así que regálate alguna de tus actividades calmantes favoritas justo antes de que lleguen a la ciudad. Un masaje, una salida nocturna con amigos o tu clase de HIIT favorita pueden ayudarte a reforzar tu paciencia para soportar que se salten las normas de la casa o que te cuenten largas historias sobre la pareja de cazadores de patos jubilados llamada Ned y Sue que conocieron en su paseo matutino hasta el estanque (y cómo nunca habían visto un merganser con capucha). Y ya que estás en ello, programa también algo de autocuidado para cuando se vayan.

Escápate siempre que puedas (e involucra a otros)

Recuerda: El hecho de que vengan a quedarse no significa que tengas que estar con ellos las 24 horas del día. Ya sea haciendo ejercicio, retirándote a tu habitación antes de tiempo para ver TikTok, dando un paseo o escapándote para ir solo al supermercado, encuentra pequeños momentos para darte un respiro de estar "encendido".

¿Otro truco? Incluir a otras personas, siempre que sea posible. Si tienes una noche de juegos o una comida al aire libre, invita a tus amigos o a otros miembros de la familia que puedan servir como amortiguadores de la conversación y quitarte parte de la carga de entretenimiento. Nunca se sabe: Tal vez el marido de tu mejor amiga y tu suegro acaben estableciendo un vínculo sobre su afición común a la historia militar (así no tendrás que oír hablar de la batalla de Midway, una vez más).

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