Una mujer contrajo una infección potencialmente mortal después de una abdominoplastia
Jamie Hilburn quería darse un capricho. Era una joven madre soltera que trabajaba como peluquera en Edmond, Oklahoma, y su próximo cumpleaños, el 28 de marzo de 2011, era su cumpleaños de oro.
Así que Hilburn programó una abdominoplastia y una liposucción para el día después de cumplir 28 años. "Quería hacer algo por mí", dijo a Insider.
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Pero en lugar de ganar confianza y perder centímetros, Hilburn contrajo una infección que puso en peligro su vida. Dice que su cirujano primero descartó los signos como una parte normal de la recuperación.
La única forma en que Hilburn podía dormir cómodamente era en el brazo de su sofá
Hilburn dijo que los procedimientos de liposucción y abdominoplastia, que suelen durar entre dos y cuatro horas en total, transcurrieron sin problemas.
Pero en los días posteriores, su lado izquierdo se volvió cada vez más sensible al tacto, y su piel estaba tan roja que parecía quemada por el sol, dijo Hilburn. Cuando llamó a su cirujano para informarle de los síntomas, éste le dijo que formaban parte de la recuperación y que se "endureciera", dijo Hilburn.
Según Fairview Health Services, un sistema de hospitales y clínicas, el aumento del dolor y el enrojecimiento después de estos procedimientos son potencialmente problemáticos, y señales de que debe llamar a su médico.
Esa noche, Hilburn dijo que su dolor era tan intenso que durmió sobre el brazo de su sofá para aplicar presión a la herida. Era "la única forma de reconfortarme", dijo. "Lo recuerdo tan vívidamente", añadió, "y pienso: 'Esto no está bien'".
Al día siguiente, Hilburn se llevó a sí misma a una sala de urgencias local, donde dijo que le diagnosticaron celulitis, una infección bacteriana común de la piel. Hilburn dijo que le dieron medicamentos para el dolor y el sueño, y la enviaron de vuelta.
Los antibióticos son el tratamiento estándar de la celulitis y, sin ellos, la enfermedad puede ser mortal. Pero Hilburn no recuerda que le hayan recetado ninguno, y sus registros de farmacia no se remontan lo suficiente como para aclararlo.
Hilburn se enteró de que tenía una infección por SARM tras otra visita a Urgencias
El dolor de Hilburn se intensificó durante los dos días siguientes. Fue entonces cuando su abuela, que la cuidaba durante su recuperación, intervino.
"Escucha amigo", recuerda Hilburn que le dijo su abuela por teléfono al cirujano, "Esto no es una 'recuperación dura'. Hay algo que va mal. Tiene mucho dolor".
Hilburn dijo que el cirujano dispuso que un colega ingresara a Hilburn en la sala de urgencias de un hospital más grande al día siguiente. No recuerda mucho de sus primeros días allí. "Sólo recuerdo que me mantuvieron bastante sedada" mientras los médicos me insertaban una vía intravenosa y una bolsa de drenaje, dijo.
Una vez lúcida, Hilburn dijo que un especialista en enfermedades infecciosas le dijo que tenía una infección por SARM. Las infecciones por SARM son causadas por un tipo de bacteria estafilocócica que es resistente a los antibióticos utilizados para las típicas infecciones por estafilococo.
La celulitis de Hilburn fue probablemente causada por el SARM, y sólo empeoró, dijo a Insider el Dr. Joe Hadeed, presidente del Comité de Educación Pública de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos. (No participó en el cuidado de Hilburn).
Las personas que han sido sometidas a procedimientos invasivos son vulnerables al SARM en los centros sanitarios, sobre todo si los médicos no son rigurosos a la hora de lavarse las manos y limpiar los utensilios entre pacientes, afirma la Clínica Mayo.
Si no se trata, el SARM puede extenderse al torrente sanguíneo y a órganos como el corazón y los pulmones. En esos casos, puede ser mortal.
Hilburn dijo que no sabía lo que era el SARM hasta que lo contrajo. Aunque el riesgo de infección se mencionaba en el papeleo previo a su operación, dijo que no lo asimiló realmente. "Ahora lo leo todo", dijo, "pero luego es como, 'Oh sí, vamos, ¿dónde firmo?'".
"Es algo que nunca, ni en un millón de años, pensarías que ocurriría por un procedimiento tonto y vano", añadió.
El SARM después de la cirugía estética es raro
Como cualquier procedimiento invasivo, la cirugía estética conlleva riesgos, entre ellos el de la infección. Según Johns Hopkins Medicine, entre el 1% y el 3% de los pacientes que se someten a una intervención quirúrgica la desarrollan.
Pero la incidencia de la celulitis después de la cirugía plástica es baja, dijo Hadeed, y los casos de SARM después del procedimiento cosmético son pocos y distantes entre sí en la literatura médica.
Un informe de 2008 describe a una mujer que desarrolló una "infección profunda de la herida" 14 días después de una abdominoplastia, una liposucción y un procedimiento para fortalecer sus músculos abdominales. Una semana más tarde, desarrolló una infección por SARM, y necesitó dos cirugías para eliminar la piel infectada y antibióticos intravenosos.
Los autores del informe señalan que la herida no se cerró hasta pasados tres meses, y que le quedó una cicatriz "enorme" y dolorosa.
También es importante, dijo, buscar un médico que esté certificado por la Junta Americana de Cirugía Plástica y la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos para ayudar a asegurar que su médico "se mantiene en los más estrictos y más altos estándares en cuanto a la seguridad del paciente y los resultados."
Hilburn se declaró en bancarrota debido a los costes
Después de que los médicos encontraran un antibiótico que combatiera la infección de Hilburn, ésta dijo que pasó 10 días en el hospital y 43 días en atención domiciliaria conectada a sueros y bolsas de drenaje.
Hilburn dijo que el cirujano plástico le pagó los procedimientos y también cubrió su atención médica a domicilio.
Aun así, Hilburn tuvo que pagar los 125.000 dólares que se calcula que costó el tratamiento en el hospital, ya que su compañía de seguros no cubría algo derivado de la cirugía plástica, por lo que se declaró en bancarrota.
Ahora, 11 años después, Hilburn todavía tiene un bulto de tejido cicatrizado en su lado derecho, donde se encontraba la bolsa de drenaje. Pero ha hecho las paces con ello y dice que la experiencia le enseñó importantes lecciones.
"Me ha hecho ser mucho más consciente de las cosas que pueden salir mal y en las que ni siquiera piensas, y podrías ser tú", dijo. "Especialmente cuando te descuidas y no lees realmente la letra pequeña".
Hilburn también atribuye a los años de terapia el haberla ayudado a superar algunas de las emociones que pudieron llevarla a buscar la cirugía plástica en primer lugar. Ahora ha vuelto a estudiar psicología.
"Quería operarme por razones obvias: por la apariencia, por las inseguridades, pero simplemente ya no me importa", dijo. "Me ha hecho amar lo que tengo sin necesitar nada más".
