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Aguas residuales urbanas: la industria cosmética condena regulaciones inconsistentes

Aguas residuales urbanas: la industria cosmética condena regulaciones inconsistentes

Los fabricantes de cosméticos están dispuestos a contribuir financieramente a la limpieza del agua que llega a las plantas de tratamiento en las principales ciudades europeas. Sin embargo, se niegan a ser chivos expiatorios en una negociación política que deja a los principales contaminadores sin consecuencias.

Cosmetics Europe, el principal organismo comercial de la industria, presentó una queja ante el Tribunal General de la UE el 7 de marzo, desafiando disposiciones específicas de la nueva Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas.

¿El problema central? La nueva Responsabilidad Extendida del Productor (EPR) que se describe en la directiva, que entrará en vigor en 2027. Esta normativa exige que las industrias farmacéuticas y de cosméticos cubran el 80% de los costos de tratamiento de micropolutantes químicos, un proceso conocido como "tratamiento cuaternario" entre los expertos, mientras que el 20% restante será financiado por los Estados miembros.

Los representantes de la industria argumentan que esta distribución de costos contradice el principio de "quien contamina paga" , un pilar de la legislación ambiental europea, ya que no aborda las principales fuentes de micropolución en las aguas urbanas.

Contribuciones sectoriales inconsistentes y erróneas

Los micropolutantes se definen como sustancias que, debido a su toxicidad, persistencia o bioacumulación, pueden dañar a los organismos vivos incluso en concentraciones extremadamente bajas.

Según Bruselas, los productos farmacéuticos representan el 59% de los micropolutantes que llegan a las plantas de tratamiento de aguas residuales, mientras que los cosméticos contribuyen con un 14%. Sin embargo, Cosmetics Europe señala que el único estudio públicamente disponible, realizado inicialmente por expertos del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, estimó la contribución del sector cosmético en solo un 1%.

Si bien la directiva apunta a todas las aguas recolectadas por plantas de tratamiento —de baños, cocinas, garajes e incluso algunas pequeñas industrias—, la Comisión Europea ha ignorado sistemáticamente la variedad de fuentes de contaminación y se ha centrado únicamente en unas pocas. Los interesados consideran que este enfoque limitado hacia algunas industrias es arbitrario y desproporcionado.

Enfoque basado en sustancias

En lugar de asignar costos por industria, el sector cosmético aboga por un enfoque basado en sustancias. Este método garantizaría que todas las partes interesadas que comercializan las sustancias relevantes compartan la responsabilidad, en lugar de colocar la carga financiera sobre industrias específicas por contaminación que no causaron solas.

"Es un enfoque mucho más operativo. De hecho, la lógica de la propia directiva lo hace inevitable, ya que incluye una exención para emisores de menos de una tonelada. En algún momento, se tendrá que establecer una lista de las sustancias relevantes", añadió la Directora de Asuntos Ambientales de FEBEA.

Acción legal

Mientras que la implementación de la EPR está programada para el 31 de diciembre de 2028 y el inicio de tratamientos cuaternarios para 2033, la industria cosmética ha decidido presentar sus argumentos ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

"Esta directiva está fundamentalmente flawed — la evaluación del impacto fue apresurada y la EPR propuesta es tanto ineficaz como impráctica. No vemos un camino claro para su implementación, y contradice el principio de quien contamina paga".

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