Comienza el juicio de los bebés robados
Cuando Inés Madrigal tenía 18 años, descubrió que era adoptada. Hasta hace ocho años, consideró que su madre biológica la había dado en adopción por las razones más habituales en estos casos. Sin embargo, un artículo del año 2010 sobre el caso de los bebés robados, le hizo replantearse sus orígenes y empezar a indagar.
Descubrió que su madre adoptiva había formado parte de este proceso y aunque su propia madre le ayudó a buscar a su madre biológica (ya fallecida) no tuvo reparos a la hora de iniciar un proceso judicial contra las personas responsables de la trama de bebés robados.
Para que la justicia fuera más rápido, Inés Madrigal denunció a su propia madre adoptiva, Inés Pérez, quien ha llegado a contar que el doctor le recomendó que dejara de maquillarse, de relacionarse con el mundo exterior y que usara un cojín para fingir el embarazo. Sin embargo, su testimonio no parece destapar nada en el principal acusado de esta siniestra trama de los bebés robados, Eduardo Vela, que niega conocerla.
Vela, de 85 años, fue director a finales de los años 60 de la clínica San Ramón de Madrid. Se enfrenta a 11 años de condena por sustracción de menor, suposición de parto y falsificación de documentos oficiales. Vela ha intentado retrasar el juicio lo máximo posible aludiendo problemas de salud, aunque finalmente, el informe forense lo declaró perfectamente capacitado para enfrentarse a él.
Desde ayer, los testimonios espeluznantes se suceden en la Audiencia provincial de Madrid y se espera que el proceso destape toda la verdad del caso y acabe con la impunidad de los acusados. SOS bebés robados calcula que entre los años 40 y principios de los 90, llegaron a robarse 300.000 bebés en España.
