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Cómo comprar carne de granjas ecológicas que respeten a los animales

SI QUIERES, PUEDES COMER CARNE ECOLÓGICA.



Cómo comprar carne de granjas ecológicas que respeten a los animales
Si quieres, puedes comer carne ecológica. Porque está de moda, porque te parece necesario tomar conciencia sobre de donde y cómo vienen nuestros alimentos. Porque te preocupa el medio ambiente y/o el maltrato animal. Porque desconfías de que te envenenen o porque buscas un sabor muy determinado. Las razones para comprar carne ecológica son infinitas y las decides tú. Eso sí, podemos orientarte un poco sobre el tema.


La carne ecológica se diferencia de otros productos cárnicos porque ha cumplido una serie de requisitos muy exigentes que se controlan por el Consejo Regulador. Lo primero es que se trata de carnes en cuya producción no se han utilizado ningún producto químico ni productos transgénicos para alimentar a los animales.


Para evitar el desarrollo de infecciones y enfermedades como el famoso mal de las vacas locas, los animales con los que se produce carne ecológica sólo comen piensos ecológicos y alimentos adecuados para ellos, nunca compuestos con restos de otros animales. Estos animales, además, han sido criados sin antibióticos ni hormonas que les engordan y hacen crecer mas rápido, respetando su desarrollo normal. Y esto tiene como resultado que su carne sea menos grasa.


Los animales de los que se extrae la carne ecológica se crían en condiciones de semi-libertad, es decir, que en vez de estar hacinados en granjas de explotación, pueden pastar y pasear al aire libre durante gran parte de su día. Una forma de definir este tipo de crianza es “crianza ética”, lo que significa que estos animales no provienen de granjas industriales donde el desarrollo de un producto de origen animal de calidad es la prioridad sino la rentabilidad de la cría y los beneficios derivados de su explotación (cuanto más crezcan y más rápido, más rentables serán).


Además en las granjas de las que procede la carne ecológica se produce también estiércol 100% orgánico y natural, libre de actividad bacteriana E.coli y aplicable en cultivos agrícolas que también son ecológicos, por lo que como verás, cuando compras carne ecológica estás contribuyendo a que el mercado de la agricultura y ganadería sostenible se retroalimentación y se sostenga en sus valores. Sólo cumpliendo estos requisitos es como se consigue el sello de calidad ecológica de la Unión Europea, que reconocerás porque las etiquetas de carne ecológica llevan una hoja sobre un fondo color verde.


Las principales ventajas de consumir carne ecológica son, por un lado éticas y por otro, culinarias. Las ventas o razones éticas tiene que ver sobre todo con lo que ya hemos comentado, respecto a la cría en libertad y a la buena alimentación de estos animales. Respecto al sabor, las diferencias también son muy notables en comparación con la carne que procede de granjas industriales. La carne ecológica procede de animales libres de hormonas, medicamentos y piensos transgénicos, por lo que desde un punto de vista puramente nutricional, son de mejor calidad que el resto de productos cárnicos y tienen más proteínas y más vitaminas. La calidad también se nota en el sabor, en el olor y en el momento de cocinarlo. La carne ecológica al estar libre de hormonas, no suelta agua. Sabe muchísimo mejor, la carne es más consistente y tiene la grasa justa. Ah, y es un poco más oscura, lo cual no afecta a su sabor pero sí te puede ayudar a la hora de localizarla.


Por otro lado está la cuestión de la proximidad. Uno de los grandes problemas para el medio ambiente derivado de la producción de carne en granjas industriales, es el transporte de sus productos. Al estar las granjas de explotación en cualquier lugar del mundo donde se pueda criar a estos animales de manera masiva, es decir, alejados de los núcleos de población, se genera una gran contaminación del aire y del agua debido a los medios necesarios para transportar estos productos. En el caso de las granjas ecológicas, suele tratarse de negocios pequeños o familiares, por lo que tienden a estar en lugares cercanos a nuestras ciudades, generando menos residuos.


Cuando compras carne ecológica estás apoyando a estas familias, a crear puestos de trabajo y a que sea posible un tipo de economía más equilibrado, controlado y sostenible. Por no hablar de que al tratarse de granjas familares, la crianza de los animales está basada en un trato mas cercano y respetuoso que el que se practica en las grandes granjas. La cercanía de la carne ecológica también favorece que los productos que vas a consumir sean frescos y con cortes cuidados y de calidad.


En cuanto al precio, que siempre es un freno, deberías considerar varias cosas. Lo primero es que cuando consumes carne ecológica efectivamente gastas más que con carnes y productos avícolas procedentes de las típicas granjas industriales que son inmensas y pueden permitirse vender su producto a precios competitivos. Pero ¿a costa de qué? A costa de ofrecerte carnes atiborradas de antibióticos y medicamentos. Y también forzando a los productores a ganar menos por el mismo o más trabajo. La granja de animales ecológicos tiene más dificultades para sobrevivir y más gastos, pero también, menos intermediarios y condiciones más justas para los productores y sus trabajadores.


La carne ecológica también es una manera de respetar la biodiversidad de los animales de granja, ya que las granjas no se centran en criar una determinada especie que resulta rentable sino que dedican su trabajo la crianza de animales de todo tipo. Como verás, las posibilidades son interesantes y beneficiosas para ti, para tu familia, para dar brillo a tus experimentos culinarios, para la salud y la economía de tu entorno.

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