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¿Cómo va a conseguir que sus propósitos sean duraderos?

Todos somos culpables de entrar en el nuevo año con las mejores intenciones. Queremos dar un giro a nuestra vida y poner en marcha todos esos hábitos saludables que esperamos que cambien nuestra vida a mejor.

Es genial... en teoría.

Pero luego, cuando realmente intentamos aguantar a largo plazo, fracasamos. Pero, ¿por qué?

Trabajar desde dentro hacia fuera

Alrededor del 60% de nosotros hace propósitos de Año Nuevo, pero sólo el 8% consigue cumplirlos. Y esto se debe a que no solemos enfocarlos de la manera adecuada. A menudo, el mayor problema a la hora de hacer grandes planes para el nuevo año es que no abordamos estos cambios desde dentro.

Si no empiezas por analizar los factores internos que te han llevado a la posición en la que te encuentras hoy, entonces no dependerás más que de la pura fuerza de voluntad para cambiar tu vida externa. Y la fuerza de voluntad es como una batería; necesita ser restaurada y acabará por agotarse del todo.

La mayor diferencia entre los que tienen éxito y los que no, en cualquier cosa, es la constancia. Y esperar que el cambio se produzca sólo desde fuera no es sostenible. Siempre digo que es como tratar de pulir un zurullo. Así no se puede ser coherente. Si el paisaje interno no cambia, el paisaje externo no cambia, o al menos no cambiará a largo plazo.

La única forma de trabajar para conseguir un nuevo yo es analizar detenidamente cómo te has convertido en lo que eres ahora. No se trata de un ejercicio para castigarte a ti mismo. Es un ejercicio para ver lo que realmente necesitas para tener éxito, por qué sientes la necesidad de cambiar y qué no te ha funcionado hasta ahora.

Un punto de inflexión

En muchos casos, los cambios a gran escala se producen cuando sucede algo grande, un gran cambio interno que nos empuja hacia adelante. Por ejemplo, el niño en la escuela al que le dijeron que no lo conseguiría crece con esta gran motivación de demostrar que la gente está equivocada, lo que se manifiesta en su trabajo duro y en su éxito. O el padre no apto que fuma se da cuenta de repente de que ya no puede ni jugar en el parque con su hijo y decide dejar el hábito de una vez por todas.

Se trata de reconocer repentinamente algo sobre nosotros mismos -un punto de inflexión-, ya sea una foto que nos impactó, una muerte, un desprecio de más o una oportunidad que se nos presenta. Algo sucede y de repente vemos algo que no queremos para nosotros o algo que realmente queremos. En ese momento, algo cambia en nuestro interior y empezamos a hacer las cosas de forma diferente. Y eso nos impulsa hacia el éxito.

Pregúntese por qué

Digamos que su propósito para este año es beber menos alcohol. Puede que sea bastante fácil conseguirlo, simplemente cambiando ligeramente tu horario semanal. Pero si no puedes, y te resulta más difícil, debes preguntarte por qué. ¿Qué hace la bebida por ti que no estás abordando?

Cuando lo interno no se modifica, la causa raíz de por qué estás bebiendo más de lo que te gustaría tampoco lo hace, por lo que no puedes esperar que el comportamiento cambie. Pregúntate por qué. ¿Es el aburrimiento, las necesidades emocionales, la falta de inspiración o el estrés? ¿Por qué has llegado a un punto en el que sientes la necesidad de cambiar esto de ti? ¿Qué has perdido por el camino?

A veces, puedes adoptar un nuevo comportamiento y sentirte tan bien con él que te ayude a eliminar este bloqueo. Pero, por lo general, primero hay que desbloquearlo, descubrir la causa raíz y cambiar el comportamiento de esa manera. Tu comportamiento y el resultado con el que tienes que vivir actualmente son sólo los síntomas. La causa raíz es lo que necesitas identificar para cambiar.

Del mismo modo, tenemos que mantenernos firmes en nuestros objetivos. Todos decimos "ah, a la mierda" de vez en cuando y adoptamos comportamientos que sabemos que no debemos. Eso es normal. Pero cuando no volvemos a subirnos al caballo y permitimos que todo el progreso que hemos hecho se deshaga es cuando nos quedamos donde estamos o, peor aún, retrocedemos más.

Si decir "a la mierda" significa un paso adelante, tres pasos atrás, va a pasar mucho tiempo antes de llegar a alguna parte, y tendremos que lidiar con mayores sentimientos de fracaso por no tener éxito. Es una forma de asegurarnos de que nos sentimos peor sobre nosotros mismos, no mejor. Identifica qué es lo que te lleva a decirlo. ¿Qué te hace posponer los cambios que quieres hacer? Puede ser la falta de fuerza de voluntad, una sensación de agobio o sentirse agotado. Pero, sea lo que sea, lo que quieres es llegar a las causas fundamentales que han creado la situación que ahora intentas solucionar.

Los propósitos de Año Nuevo pueden ser una forma estupenda de establecer mejores hábitos y empezar el nuevo año de la forma más saludable y feliz posible. Pero requieren mucho trabajo y progreso interno. No se puede cambiar un comportamiento de la noche a la mañana y esperar que se mantenga. Primero tienes que cambiar tu paisaje interno. Una vez que identifiques por qué quieres o necesitas cambiar algo, será mucho más fácil cumplir tus propósitos. Cuando el panorama interno cambia, el externo no tarda en hacerlo.

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