Las mujeres más feas de la historia que fueron un ejemplo a seguir
Las mujeres más feas de la historia: mujeres que demostraron que la belleza no lo es todo.
Aunque la sociedad se empeñe en juzgar a las mujeres por su apariencia física, muchas mujeres a lo largo de la historia han demostrado que esto no es lo que nos define y que no deberíamos dejar de hacer nada que queramos hacer solo por el miedo a ser juzgadas por nuestro aspecto. La prueba es que en la historia han existido muchas mujeres feas que han llegado a ser muy importantes y poderosas. Estas son algunas de ellas.
Bárbara de Braganza. Esta mujer fue conocida durante un tiempo como La princesa más fea de Europa. Cuando se estaba negociando su matrimonio con Fernando VI, la familia pidió un retrato de Bárbara, pero este nunca llegó. Cuando por fin la conocieron entendieron por qué. Sin embargo, pese a ser la princesa más fea, Fernando VI se enamoró de ella cuando la conoció y descubrió su inteligencia, su cultura y si amabilidad.
Conoce a las mujeres más divertidas de la historia Conoce a las mujeres más locas de la historia
Isabel de Farnesio. La esposa de Felipe V no destacaba por su belleza, pero siempre será recordada por su extraordinaria inteligencia, la cual utilizaba para manejar cualquier situación a su gusto.
María Amalia de Sajonia. Pese a soportar durante años las críticas por su aspecto, Carlos III fue infinitamente feliz con esta mujer con la que tuvo 13 hijos. Hay que decir que tampoco él era ninguna belleza.
Cristina de Suecia. Esta mujer era criticada constantemente por su aspecto y todavía hoy se le recuerda por su fealdad. Pero merece la pena resaltar que gozaba de una educación exquisita y que fue una de las mecenas más importantes de la época, además de reinar durante más de 20 años. Con el tiempo, se convirtió en uno de los personajes más queridos en su país.
Aunque sean recordadas como las mujeres más feas de la historia merece la pena reconocer también su talento, inteligencia y educación. La belleza no lo es todo, y todavía hoy hay que recordarlo cada día.
