Los Oscar de los mejores después de los 50

Cuando 6 amigos decidieron llevar la misma camiseta que trajeron a nuestra 15ª salida anual a la montaña y nos hicieron esta foto, resultó que capturamos mucho más que eso... paró nuestro reloj e imprimió un momento en el más allá.

Podríamos llamarlo nuestra versión de un momento de alfombra roja porque hemos viajado lejos para reunirnos aquí. Estamos en la cima de la montaña Arrowhead, en Vail, Colorado, a 3.000 metros de altitud, y sabemos que este momento es muy especial. No pudimos reunirnos todos durante los últimos 2 años Covid, pero aquí estamos de nuevo en el juego.

Entonces, ¿qué tiene de especial una reunión de amigos que, tras las nubes y la nieve, consiguieron un día perfecto de Blue Bird con 15 centímetros de nieve polvo blanca y cristalina? ¿Qué tiene de especial una instantánea de amigos en la montaña?

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Bueno, esa es la cuestión. Tal vez nada y tal vez todo, porque nos detuvimos y nos pellizcamos porque, a pesar de todo el caos del mundo, el drama meteorológico y los problemas de salud personales, fuimos capaces de unirnos y sacar esto adelante.

El tiempo se detiene y se acelera a la vez, eso es lo que resuena en nuestros ojos y en nuestra piel. No somos mujeres jóvenes, pero tampoco hemos pasado la flor de la vida. Rondamos los 60 y reflejamos una vitalidad que sabemos preciosa y fugaz y que inconscientemente esperamos sentir siempre. Ninguna de nosotras da por sentado que tiene la suerte de poder presentarse físicamente y participar. Sabemos que cuando miremos atrás y veamos esta foto el año que viene y quizá dentro de 10 años, con suerte recordaremos cómo nos sentimos en este momento y lo afortunadas que fuimos de celebrar, hacer una pausa y capturar este recuerdo.

Todos hemos vivido lo suficiente para saber que hay demasiadas cosas que pueden impedir que nos presentemos y que siempre merece la pena el esfuerzo. También aceptamos que nunca volveremos a ser tan jóvenes.

Somos mujeres uniformadas con un mensaje involuntario de poder femenino, hermandad y celebración con una pizca de descaro y una actitud de nunca decir basta. Y por arte de magia, el uniforme a juego de un top juguetón que nos encantó y compramos cada una por nuestra cuenta y que decidimos llevar ese día, unió nuestra hermandad BadAss.

Puede que no parezcamos listas para pisar la Alfombra Roja de Hollywood... Pero sí que estamos vestidas para nuestra propia versión.

Detener el reloj y celebrar esta increíble edad con cuerpos de 60 años lo suficientemente intactos como para que el espectáculo siga adelante sin importar los obstáculos y - tomarse un tiempo para celebrar y recordarnos unos a otros lo bueno y lo afortunados que somos de estar en el juego es digno de su propio Oscar.

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