Marcelo Cantú ha fotografiado las mejores ilustraciones de los discos de Megan Thee Stallion y ha definido la estética de esta década

"No tenía mucha vida social en la escuela secundaria ni en el instituto. Todo mi tiempo lo pasaba viendo tutoriales en YouTube", me cuenta Cantu, "La primera cámara que utilicé fue una Canon portátil y con el tiempo me cambié a una Nikon D80. Fue entonces cuando empecé a capturar a algunos amigos y familiares. Al principio, trataba sobre todo de emular las campañas de moda y luego empecé a centrarme en perfeccionar mi propia visión, de ir más allá de lo ya concebido."
Estamos metidos en el estudio privado de Cantu en Los Ángeles. Ubicado en una tranquila oficina de una sola planta en Sunset Boulevard, el espacio de ensueño e iluminado por el sol evoca un hotel boutique. El año pasado, después de trabajar como consultor creativo en dos proyectos cinematográficos, Cantu necesitaba un nuevo nido para crear. "Durante la pandemia, me di cuenta de lo mucho que valoro mi tiempo a solas y de lo importante que es no estar mirando una pantalla a oscuras", dice. "Este lugar me ayuda a mantener la inspiración y me reta a seguir transformándome".
Si no le resulta familiar el nombre de Cantú, es intencionado; lo que quiere que conozca es su arte. De joven, se pasaba todos los fines de semana visitando Monterrey, México, "visionando" los anuncios de Dior y Chanel. Inspirado por el mundo que evocaban esos anuncios, empezó a dirigir creativamente sus propias sesiones fotográficas, aprendiendo ángulos y retoques de los tutoriales de YouTube. Sin vida social y con pocas distracciones, su objetivo inicial era emular las mismas campañas de moda que le inspiraban.
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"En aquella época, la fotografía de moda era limitada en cuanto al tipo de modelos que se elegían, pero muy avanzada en cuanto a la creatividad. Podías hojear las revistas y te parecía cine", recuerda Cantu, "entre ese estilo de editorial y los episodios de America's Next Top Model, en esa época estaba experimentando y afinando mi ojo".
Desde 2015, su "ojo" ha seguido elevando los estándares de belleza atrofiados. Mientras asistía a la Parsons School of Design, fue construyendo su cartera a través de las redes sociales. A través de una serie de DMs, modelos, actores y fundadores clamaban por su meticulosa edición. Su primera gran oportunidad fue conceptualizar una campaña global para Anastasia Beverly Hills; después, la estilista Joyce Bonneli se puso en contacto para preguntarle si podía trabajar en una sesión de prueba con Kylie Jenner. Poco después, consiguió proyectos con Kim Kardashian, Patrick Ta y Maybelline.
Aunque la accesibilidad de Instagram ha contribuido a ampliar aún más su clientela, es su face-shopping orientado al futuro lo que ha seguido siendo el atractivo. La tendencia de brillo incandescente que dominó 2015-2016? Una creación de Cantu. El glamour glacial y surrealista que inspiró a más de una marca de maquillaje? Otra creación de Cantu. Desde colaborar con creadores digitales como NikkieTutorials hasta refinar los espejismos de maestras de Drag-Race como Miss Fama, Cantu nunca se ha limitado a una sola estética. Ha trabajado con todos, desde Kim Kardashian y Shay Mitchell hasta las City Girls y Megan The Stallion.
"Nunca he creído en la división, a ningún nivel, especialmente en el mundo creativo", dice Cantu, "cuando crecía me inspiraban directores como Hype Williams, Zak Synder y Guillermo Del Toro. Eran polifacéticos y no temían abrazar la individualidad. Cuando estudiaba en Parsons, recibía muchas críticas de los profesores por la forma en que editaba y el reparto con el que trabajaba. Antes de que la industria cambiara, había todos esos estándares a los que se esperaba que se ajustara la belleza".
Cantu es sincero sobre algunas de las resistencias a las que se enfrentó al romper las reglas. Me muestra anotaciones en algunos deberes garabateadas con sugerencias para "calmar" las ediciones o para "capturar menos pronunciadas". Tal vez ajeno a una generación obsesionada con los cambios de forma y los rellenos, su estilo hiperrealista tardó algún tiempo en ser comprendido por los profesores.
El carácter ilimitado de Cantu es el reflejo de una generación de artistas a los que no les interesan las etiquetas ni las limitaciones. La mente creativa detrás de momentos sísmicos de la cultura pop como el arte del single "WAP" y la portada de "Twerkulator", cada proyecto que Cantu consulta está guiado por la intención de expandir los estándares atrofiados de una industria que ha sido excluyente durante mucho tiempo. En 2020, tras un despertar personal, Cantu se volvió más exigente con los proyectos en los que trabajaba. Menos interesado en obtener dinero rápidamente o en publicar contenidos genéricos, empezó a trabajar en un proyecto cinematográfico destinado a desmantelar el tipo de estereotipos, normas y divisiones que todavía impregnan los medios de comunicación y el cine.
"Durante mucho tiempo, en toda la fotografía, sólo había un ideal de belleza. Lo más sorprendente de la tecnología y del mundo en el que vivimos hoy es que somos testigos de lo limitadas que han sido nuestras percepciones", dice Cantu. "Le damos poder a la belleza y espero que en mi trabajo, en todas sus formas, sea capaz de seguir impulsando el glamour de la individualidad".
