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Me mudé a Japón y empecé a seguir dos principios básicos de la alimentación sana japonesa, que me ayudaron a pasar de la obsesión por la comida a la libertad.

Me mudé a Japón y empecé a seguir dos principios básicos de la alimentación sana japonesa, que me ayudaron a pasar de la obsesión por la comida a la libertad.

La ironía de comer bien es que, a menudo, cuanto más nos esforzamos, menos bien nos sentimos. Estrategias como el recuento de calorías, el seguimiento de macros y el ayuno intermitente exigen un grado significativo de compromiso, pueden llegar a ser abrumadoras y pueden empezar a parecer obsesivas.

Mientras crecía en Estados Unidos, solía tener bastante sobrepeso. En mi desesperación, recurrí a estrategias estrictas como contar calorías para bajar a un peso que me pareciera aceptable. Incluso una vez conseguido, mis pensamientos estaban plagados de preocupaciones como: "¿Estoy comiendo demasiado?", "Esto es demasiada grasa" y "No puedo ir a la fiesta porque servirán tarta".

Técnicamente estaba sana según el número de la báscula, pero odiaba la idea de tener que navegar por mi salud de esta manera durante el resto de mi vida.

Sólo cuando me mudé a Japón y conocí una perspectiva diferente de la alimentación sana, comprendí que no tiene por qué ser obsesiva. Podemos ser sanos y disfrutar de tentempiés, postres y nuestras comidas favoritas sin preocuparnos demasiado. Aprendí que la comida no es sólo combustible, sino que es la forma en que expresamos amor, entendemos nuestra cultura y expresamos nuestros valores.

La autora, Kaki Ok
umura,
disfrutando de la comida japonesa
Kaki Okumura

¿Cuál es la forma japonesa de comer? Lo que he aprendido de la vida en Japón es que comer sano no consiste tanto en hacer un cambio de 180 grados en nuestra dieta, sino en ser conscientes de las pequeñas acciones que realizamos cada día y comprender que, combinados, nuestros hábitos saludables pueden tener un gran impacto.

Estos dos principios japoneses de alimentación sana me ayudaron a pasar de la obsesión a la libertad:

Si comemos con moderación, podemos seguir disfrutando de los postres.
Kaki Okumura

1. Come

con moderación

Harahachi-bunme se traduce directamente como "el 80% de tu estómago", pero lo que realmente significa es comer con moderación. La idea es que, en la mayoría de nuestras comidas, disfrutemos hasta que estemos llenos en un 80%, un punto en el que estemos saciados, pero no demasiado.

De este modo, podemos disfrutar de los platos y alimentos que nos gustan, sin grandes cambios. En realidad no requiere que cambies nada de lo que comes, sólo que seas consciente de cuánto comes. Detente en el 80% de saciedad y no tendrás que volver a ponerte a dieta.

La advertencia es que es difícil entender la saciedad si no estamos comiendo alimentos ricos en fibra como frutas, verduras y cereales integrales, pero estos alimentos tampoco tienen que ser toda nuestra dieta. Si comemos con moderación y consumimos regularmente alimentos ricos en nutrientes, podemos disfrutar de postres, tentempiés y cualquier otra cosa y seguir manteniendo una dieta saludable.

Añadir verduras a la sopa de fideos soba ayuda a saciarla
Kaki Okumura

2.

Enfoque en la variedad

Centrarse en la variedad

Mientras que muchas dietas consisten en eliminar alimentos o en centrarse en aumentar la ingesta de "superalimentos", la dieta tradicional japonesa suele hacer hincapié en la variedad.

Por ejemplo, una forma popular de servir comidas japonesas es a través de ichiju-sansai, que se traduce como "una sopa, tres guarniciones". La sopa suele ser de miso, y las tres guarniciones suelen ser una ración de una proteína y dos platos de verduras.

No es necesario adoptar el dicho literalmente para beneficiarse de él. Una de mis formas favoritas de aplicar el ichiju-sansai es simplemente equilibrando una comida que normalmente tomaría; por ejemplo, si voy a pedir arroz frito tailandés para llevar, puedo cocer brócoli o edamame en el microondas para obtener una ración extra de verduras y echárselo.

Lo irónico es que preocuparme menos por mi dieta ha sido fundamental para mejorarla. El estrés y la obsesión no son formas de llevar una dieta sana, y tampoco son necesarias. Cuando somos capaces de practicar la moderación y la variedad de forma constante, podemos alcanzar nuestros objetivos de salud sin preocuparnos por lo que comemos. En su lugar, podemos centrarnos en los aspectos de la vida que la hacen alegre, satisfactoria y significativa.

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