Por qué es tan importante la epidermis y cómo mantenerla sana

La epidermis es la capa superior de la piel que recubre todo el cuerpo. Lo dice su nombre: "Epi" significa exterior y "derma" significa relacionada con la piel. Esta capa de la piel ayuda a proteger el cuerpo de bacterias, infecciones, lesiones y radiación ultravioleta (UV) del sol. La epidermis también convierte la luz solar en vitamina D y ayuda a la piel a mantenerse hidratada.

La piel tiene varias capas, y la epidermis es la más fina de ellas. Sin embargo, la epidermis forma una barrera protectora crucial. Como resultado, en la epidermis pueden aparecer desde piel seca hasta erupciones cutáneas. El cáncer de piel también es el resultado de la hiperactividad de las células cutáneas de la epidermis.

Anatomía de la epidermis

La epidermis es la capa más fina y externa de la piel. Se sitúa por encima de la dermis (la capa intermedia de la piel, formada por tejido conjuntivo) y de la hipodermis (la capa inferior de piel grasa). El grosor de la epidermis varía en función de la parte del cuerpo que cubre. Es más fina en los párpados (0,05 milímetros) y más gruesa en las palmas de las manos y las plantas de los pies (1,5 milímetros). La epidermis es más gruesa en las palmas de las manos y las plantas de los pies porque contiene una capa adicional de células.

La epidermis está formada por varias capas de células cutáneas que se regeneran constantemente y empujan hacia la superficie. Las capas que componen la epidermis son:

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• Estrato basal (capa de células basales): Esta capa base contiene células cutáneas pequeñas y redondas denominadas células basales. Las células basales se dividen constantemente y empujan nuevas células cutáneas hacia la superficie de la epidermis, sustituyendo a las células viejas durante la renovación celular de la piel.
• Estrato espinoso (capa de células escamosas): Esta capa gruesa y espinosa contiene células escamosas unidas por protuberancias espinosas. Estas células planas se forman a medida que las células basales maduran y empujan a través de la piel. Las células escamosas recién formadas se denominan queratinocitos, que producen una proteína resistente denominada queratina que da estructura a la piel.
• Estrato granuloso y estrato lúcido: Estas capas contienen queratinocitos empujados a través de la capa escamosa que continúan aplanándose y adhiriéndose entre sí. Estas capas se fusionan y ascienden por la piel hasta que se secan y mueren. El estrato lúcido es una capa adicional de queratinocitos que se encuentra en las palmas de las manos y las plantas de los pies.
• Estrato córneo (capa de piel muerta): Esta capa más externa de la epidermis está formada por queratinocitos desprendidos y muertos. Se desprende constantemente a medida que nuevos queratinocitos atraviesan la epidermis y llegan a la superficie. También forma una fina barrera de agua sobre la piel.

Las diferencias en su aspecto y la eficacia de su función se determinan a nivel celular. Por ejemplo, la parte inferior de la epidermis (la capa celular basal) contiene melanocitos y células de Merkel. Los melanocitos son células que crean el pigmento de la piel, llamado melanina. Las células de Merkel están cerca de las terminaciones nerviosas de la dermis y ayudan a sentir el tacto. Por su parte, la capa de células escamosas contiene células de Langerhans. Estas células inmunitarias se adhieren a las bacterias, virus y toxinas que penetran en la piel lesionada.

¿Qué hace la epidermis?

La epidermis forma parte del sistema tegumentario, que incluye la piel, el pelo, las uñas, las glándulas sudoríparas y las glándulas sebáceas. El sistema tegumentario forma una barrera protectora alrededor del cuerpo para protegerlo del medio ambiente y de los gérmenes. Las células cutáneas de la epidermis (queratinocitos) y las proteínas (queratina) se combinan para formar la barrera protectora de la piel.

La epidermis produce constantemente nuevas células cutáneas que empujan hacia la parte superior de la piel, formando una capa protectora de piel muerta. Este proceso crea una barrera física contra los productos químicos, las heridas y el agua. También ayuda a mantener gérmenes, como las bacterias, fuera del cuerpo para prevenir infecciones. Cuando los gérmenes penetran en la piel dañada, las células de Langerhans de la epidermis se adhieren a los invasores y ordenan al sistema inmunitario que intervenga.

La melanina creada en la epidermis da a la piel su color y la protege de los dañinos rayos UV. La luz solar hace que la epidermis produzca más melanina, oscureciendo y protegiendo la piel. Sin embargo, una exposición excesiva al sol daña las células cutáneas, lo que puede provocar quemaduras solares y cáncer de piel.

La capa externa de la epidermis también ayuda a retener el agua, creando una barrera de agua que hidrata la piel. Esta función ayuda a regular la pérdida de agua. Los queratinocitos (células de la piel) de la epidermis también convierten la luz UV del sol en vitamina D, un nutriente esencial para la salud ósea e inmunitaria.

Afecciones asociadas

Varias afecciones e infecciones de la piel afectan a la epidermis, provocando síntomas como piel seca, ampollas, manchas oscuras, protuberancias inflamadas y erupciones cutáneas. Entre las afecciones asociadas a la epidermis se incluyen:

• Infecciones cutáneasbacterianas: el impétigo y las infecciones estafilocócicas (estafilococos) provocan lesiones cutáneas rojas que suelen picar y formar una costra amarilla.
• Infecciones cutáneasvíricas: los virus que causan el herpes zóster y el virus del herpes simple (VHS-1) provocan erupciones cutáneas dolorosas y con ampollas. Las verrugas de las infecciones víricas también aparecen en la epidermis.
• Infecciones cutáneas por hongos: el pie de atleta, la tiña y las infecciones por levaduras provocan zonas rojas que pican y que pueden hincharse, agrietarse o ampollarse.
• Acné: los granos, las espinillas y los puntos blancos se forman cuando la grasa, las bacterias y las células muertas de la epidermis obstruyen los folículos pilosos (poros).
• Psoriasis: La rápida producción de células cutáneas pone en marcha el sistema inmunitario, provocando manchas escamosas de color rojo o morado con escamas blancas plateadas que pican o queman.
• Eccema: Parches de piel seca, con picor e inflamada que pueden ser de color rojo, morado, gris o marrón oscuro. Los responsables pueden ser irritantes, alérgenos o una barrera de agua cutánea deficiente.
• Vitíligo: Cuando las células de melanina se han destruido y ya no pueden producir pigmento cutáneo, pueden formarse manchas blancas en la piel.
• Melasma: El aumento del tamaño de los melanocitos en la epidermis puede causar manchas oscuras en la piel.
• Queratosis actínica: debido a queratinocitos (células de la piel) dañados, pueden formarse crecimientos cutáneos precancerosos con aspecto de manchas o parches secos y escamosos.
• Queratosis pilar: Pueden aparecer pequeñas protuberancias en brazos, piernas o nalgas debido a un exceso de queratina, una proteína que refuerza la epidermis.
• Ictiosis : Se trata de un grupo de trastornos cutáneos que provocan una piel seca y gruesa que se asemeja a escamas de pescado ásperas y rojas. Están causadas por genes mutados que provocan un crecimiento anormal de las células de la piel y su desprendimiento.
• Epidermólisis bullosa: Este grupo de afecciones cutáneas es poco frecuente. Cuando los genes mutados afectan a las proteínas de unión de la epidermis, se puede desarrollar una piel frágil que se ampolla y desgarra con facilidad.

La epidermis también puede verse afectada por distintos tipos de cáncer, como:

• Melanoma: se trata de un tipo de cáncer de piel en el que los melanocitos de la epidermis crecen en exceso y crean crecimientos marrones o negros (lunares cancerosos).
• Carcinoma basocelular : es el tipo más común de cáncer de piel. Las células basales dañadas crecen de forma incontrolada, provocando protuberancias redondas de color carne o manchas rosadas.
• Carcinoma de célulasescamosas : este cáncer de piel está causado por un crecimiento excesivo de células escamosas que tiene el aspecto de protuberancias rojas y firmes, manchas escamosas o llagas que se curan y vuelven a abrirse.
• Carcinoma de células deMerkel: este cáncer de piel agresivo y poco frecuente se desarrolla cuando las células de Merkel de la epidermis crecen de forma descontrolada.

Pruebas diagnósticas

Si le preocupan los bultos, crecimientos cutáneos o erupciones en la epidermis, considere la posibilidad de acudir a un profesional sanitario. Esto puede significar acudir a un dermatólogo, un médico especializado en diagnosticar y tratar afecciones del cabello, la piel y las uñas.

Entre las pruebas diagnósticas estándar que ayudan a diagnosticar problemas relacionados con la epidermis se incluyen:

• Exámenes de la piel: El profesional sanitario examina su piel para detectar signos de afecciones cutáneas como enrojecimiento, acné y piel seca.
• Pruebas de detección del cáncer de piel: El profesional sanitario buscará signos precoces de tejido anormal o tumores cancerosos.
• Pruebas cutáneas de alergia: Si sus problemas cutáneos pueden estar relacionados con alergias, un alergólogo o dermatólogo puede realizarle una prueba de alergia para saberlo con seguridad. Estas pruebas suelen consistir en pinchar la piel con una aguja que contiene un alérgeno y esperar a que se produzca una reacción.
• Análisis de sangre: Un profesional sanitario le extrae una muestra de sangre del brazo y la analiza en un laboratorio para diagnosticar alergias y otras enfermedades cutáneas.
• Biopsias cutáneas: Un profesional sanitario extrae pequeñas muestras de piel o lesiones cutáneas con una cuchilla o un bisturí. Estas muestras se examinan al microscopio para detectar signos de cáncer de piel, psoriasis, eczema o infección.

Consejos para mantener la epidermis sana

Puedes mantener la epidermis sana cuidando tu piel. Entre los consejos de estilo de vida y cuidado de la piel que la mantienen sana se incluyen:

• Cuida tu piel: lávate la cara y el cuerpo con un limpiador suave y utiliza agua tibia, no caliente, para no resecar la piel. No restriegues nunca la piel; en lugar de ello, sécala dando golpecitos con una toalla. Cuando te afeites, protege la piel con crema, gel o loción de afeitar.
• Hidrata tu piel: Para la piel seca y con picores, ayuda a restaurar la barrera de agua de tu epidermis. Busca cremas hidratantes con ingredientes como urea, ceramidas, ácido láctico o glicerol, que ayudan a rehidratar y cicatrizar la piel.
• Utiliza protector solar a diario: Aplícate un protector solar resistente al agua con protección de amplio espectro y factor de protección solar (FPS) de 30 o más. Usar protector solar, mantenerse alejado del sol en las horas punta y cubrirse la piel ayuda a prevenir el desarrollo de cáncer en la epidermis.
• Realícese autoexámenes: revise regularmente su piel en busca de signos de cáncer, como lunares anormales que pican, sangran o cambian de forma. Examínese en un espejo de cuerpo entero para ver todas las partes del cuerpo, incluidos los pies, las manos, el cuello y el cuero cabelludo.
• No fumes: Fumar puede envejecer tu piel más rápidamente y hacer que las heridas de la piel tarden más en curar. Fumar también puede empeorar afecciones cutáneas como la psoriasis.

Un repaso rápido

La epidermis es la capa externa de la piel que ayuda a proteger el cuerpo de las lesiones, la luz solar y los gérmenes. La epidermis está formada por varias capas de células. Estas capas celulares crean constantemente nuevas células cutáneas y expulsan las células muertas. Las células de la epidermis también pigmentan la piel y ayudan al cuerpo a convertir la luz solar en vitamina D. Las afecciones cutáneas suelen ser visibles en la epidermis, causando síntomas como piel seca, protuberancias inflamadas y erupciones cutáneas. Cuidar la piel con productos de limpieza suaves, cremas hidratantes y protección solar puede ayudar a mantener la epidermis sana. Si le preocupa la salud de su piel, acuda a un profesional sanitario, como un dermatólogo, para que le ayude con el diagnóstico y el tratamiento.