¿Se beneficiaría mi relación de pareja de un asesoramiento psicológico?
La autoayuda está de moda con cientos, si no miles, de cuentas en las redes sociales dedicadas a aprender a convertirse en la mejor versión de uno mismo.
¿Pero qué pasa cuando tu problema no soy "yo", sino "nosotros"?
Cuando se necesitan dos para bailar un tango, literal y metafóricamente, la terapia de pareja puede beneficiar tanto a los individuos como a la relación. A pesar de su largo e inmerecido estigma, acudir a terapia de pareja no significa que la relación sea mala. Es una herramienta para mejorar.
2 señales de que no estás preparado para una relación abierta, según un terapeuta de pareja 4 actitudes que acaban con cualquier relación de pareja
¿Cómo saber si ha llegado el momento de acudir a un profesional? Mary Jo Rapini, M.Ed, LPC es psicoterapeuta, conferenciante y autora que fomenta las relaciones sanas. Ha elaborado una lista de señales de alarma que pueden indicar la necesidad de ayuda profesional.
Rapini recomienda tener a mano un terapeuta de marcación rápida en cuanto la relación avance hacia el matrimonio o una etapa seria equivalente, alguien a quien "puedan recurrir cuando pasen por baches que no sean capaces de abordar. O cuando, si los abordan, los problemas no terminan como pensaban o deberían para beneficiar la salud del matrimonio".
Rapini comparte que la terapia de pareja es un lugar donde la gente viene a aprender más sobre sí mismos. "La persona más importante en la que tienes que centrarte en un matrimonio eres tú. ¿Qué te impide cambiar? ¿Qué te resiste a cambiar?". También hace hincapié en la necesidad de aprender por qué la acción de la pareja duele tan profundamente y utilizar ese conocimiento para crecer.
"La razón por la que nuestro cónyuge suele tener tanta influencia sobre nosotros es porque estamos resolviendo algún dolor de nuestra infancia, y esta pareja es otra persona con la que normalmente intentaremos resolver estos problemas", dice.
Rapini advierte que algunas parejas no se beneficiarán de la terapia. "Si estás en una relación y ya ha habido infidelidad y negligencia por ambas partes de la relación, ir a terapia como último esfuerzo probablemente no tendrá éxito", explica. "Mi mayor temor es que te deje mal sabor de boca acudir a terapia en tu próxima relación".
