#TweenTalks: Cómo hablar con los niños sobre su seguridad sin preocuparles
Bienvenidos a #TweenTalks, una franquicia de la comunidad de padres de Grazia, The Juggle (@TheJuggleUK en Instagram) en la que hablamos con expertos sobre cómo abordar temas delicados con tus hijos en edad preadolescente. Esta semana, Matthew Collins, fundador de Samurai Kickboxing y autor de 11 Life Lessons: Empower Your Child to be Safe and Independent, explica cómo crear resiliencia en tu hijo hablando con él sobre la agresión física y la confrontación.
El otro día, un padre me preguntó cómo debía hablar con su hijo sobre los riesgos potenciales de agresión por parte de otros, sin provocar una ansiedad innecesaria. ¿Mi respuesta? No podemos proteger a nuestros hijos de todos los peligros. Hacerlo no les da una visión realista del mundo y podría dejarles poco preparados para los inevitables retos a los que se enfrentarán. Sin embargo, podemos adaptar su exposición a las amenazas, teniendo en cuenta su edad, desarrollo y estilo de vida.
Si aún no ha hablado con su hijo sobre la agresividad en particular, un buen punto de partida es evaluar su nivel actual de comprensión. Pregúntele si ha visto a algún niño en la escuela que se enfade y sea agresivo, o si alguien es demasiado físico o dominante. A partir de ahí, pregúntales qué harían si se enfrentaran a ese tipo de comportamiento. Sus respuestas revelarán su confianza en el manejo de estas situaciones y mostrarán si sus reacciones son apropiadas o realistas.
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Esta conversación puede ayudarle a evaluar cuánto apoyo necesita su hijo para comprender no sólo el riesgo de sufrir daños físicos por parte de otros, sino también cómo evitarlos, minimizar su impacto y, si es necesario, escapar de ellos. El daño físico por parte de otros, aunque a menudo menor, es probable en algún momento. Por tanto, una habilidad esencial que debe desarrollar su hijo es la resiliencia. Le ayudará a recuperarse rápidamente de tales incidentes y le permitirá superar muchos otros tipos de daños. También les dará las agallas que necesitan para superar retos mayores en el futuro y hacerse más fuertes.
Utilicé una analogía para explicárselo a los padres: imagínense que tiran a un niño a aguas profundas sin saber nadar: sería traumatizante. Pero si se le expone a un agua en la que puede mantenerse de pie, con el tiempo ganará confianza para nadar. Con el apoyo adecuado, acabará por enfrentarse a las aguas profundas. Lo mismo ocurre con la confrontación física. Lanzar a un niño a una situación de alto riesgo sin preparación dañará su confianza, pero si le expones gradualmente a niveles más pequeños y controlados de competición física, aprenderá a manejar niveles crecientes de agresividad de forma adecuada a su edad.
También hemos hablado de evaluar el peligro utilizando tres factores: Origen, Probabilidad e Impacto. Esto ayudó a los padres a comprender el origen de una amenaza, la probabilidad de que se produzca y las medidas necesarias para reducir su impacto. La mera comprensión de este proceso les ayudó a entender las medidas adecuadas que su hijo debía tomar para evitar el daño específico que tenían en mente. Por supuesto, no podemos proteger a nuestros hijos de todos los desafíos, pero si les proporcionamos conocimientos y habilidades prácticas, les preparamos para afrontar situaciones difíciles, ¡y algunos incluso prosperarán cuando se enfrenten a la adversidad!
¿La buena noticia? Los padres no tienen por qué salir corriendo a matricular a sus hijos en boxeo o artes marciales para que adquieran estas habilidades. Aunque estas disciplinas, cuando las enseña un profesional, pueden ayudar a desarrollar la resiliencia y la confianza en uno mismo, no son para todos los niños ni tienen por qué serlo.
En cambio, los niños pueden aprender técnicas sencillas para reducir el riesgo de verse implicados en altercados físicos. Por ejemplo, se les puede enseñar a reconocer posibles amenazas y a evitarlas. El lenguaje corporal y una voz firme también son herramientas poderosas. Si su hijo se muestra seguro de sí mismo, es menos probable que lo consideren un blanco fácil.
Si la evasión falla, las habilidades básicas de autoprotección son vitales. Hay muchos expertos en autoprotección en el Reino Unido, pero asegúrese de que los métodos del instructor son apropiados para la edad de su hijo. Lo ideal es que tengan experiencia en la gestión de agresiones en la vida real, como antiguos agentes de policía o profesionales de la seguridad, en lugar de basarse únicamente en la formación en artes marciales.
Aunque las artes marciales ofrecen muchos beneficios, los cursos de corta duración que se basan únicamente en técnicas rígidas son menos adecuados para la naturaleza impredecible de las situaciones de la vida real, especialmente las que puede afrontar su hijo.
También puedes enseñarle estas habilidades tú mismo. Nadie conoce a tu hijo mejor que tú, así que puedes adaptar perfectamente las técnicas a sus necesidades. Un recurso fantástico para ello es mi libro 11 Life Lessons: Empower Your Child to be Safe and Independent, que ya está disponible en Amazon.
Sea cual sea la forma que elijas para dotar a tu hijo de estas habilidades vitales, cuando hables del tema de la agresividad la clave es ofrecer una solución, no limitarse a resaltar el peligro. Hablar de los riesgos de daño físico sin mostrarles cómo manejar la situación puede causar una preocupación innecesaria. Si tu hijo sabe cómo manejar una amenaza, se sentirá seguro y capaz, y eso es una gran victoria tanto para ti como para él.
Sobre el experto: Matthew Collins
Matthew Collins es un profesor galardonado a nivel nacional que dirige el Samurai Fitness Group, que ha enseñado a más de diez mil niños habilidades vitales para la vida. Es cinturón negro de cuarto grado en Kickboxing y
cinturón negro de primer grado en Tae Kwon-do y Judo ITF. Su primer libro, Once lecciones de vida, ya está a la venta. El libro explora las lecciones que ha aprendido de sus experiencias vitales, como ser atracado cuando era adolescente, superar un cáncer en
, la pérdida de dos de sus mejores amigos, una hemorragia cerebral, un robo a punta de pistola en Nepal, la muerte de su madre por cáncer de mama y sus hazañas viajeras, como alojarse con caníbales en
Borneo y viajar por tierra desde Italia hasta Vladivostok (Rusia). Estas lecciones proporcionan ejemplos de la vida real para dotar a los padres de un kit de herramientas que pueden utilizar para ayudar a sus hijos a superar cualquier problema al que se enfrenten.
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