¿Debes hacer ejercicio por la mañana o por la tarde?
Ah, la vieja pregunta de los que intentan incorporar más hábitos saludables a sus rutinas diarias: ¿hay un momento ideal para sudar a diario? La respuesta es... más o menos. A veces. Depende. ¿Ya estamos ayudando?
El movimiento de cualquier tipo es beneficioso para el cuerpo, pero el "movimiento" se presenta de muchas formas, algunas de las cuales pueden servirte mejor en ciertos momentos que en otros. La nutricionista holística y fundadora de Soul Wellness Method, Shauna Faulisi, sabe que la palabra "holístico" se aplica a todos los aspectos de nuestra salud, por lo que sus prácticas no sólo empiezan y terminan en la cocina. Siempre seguimos sus dinámicas aventuras en el ejercicio, así que acudimos a ella para que nos dé la salsa secreta para programar perfectamente nuestras sesiones de sudor.
"¡Me encantan los entrenamientos matutinos!" nos dice Shauna con una chispa.
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"Establece el tono del día, y desencadena la dopamina, la hormona del logro, que te hace sentir que has conseguido algo productivo". ¿A quién no le gusta empezar el día con un golpe de alegría... er, HIIT?
"Hacer ejercicio por la mañana conlleva una plétora de beneficios que alimentan tu día - piensa en ello como "Un objeto en movimiento se mantiene en movimiento". Desde un punto de vista biológico y científico, cuanto más altos sean los niveles de dopamina en el cuerpo, mayor será el estado de alerta, el enfoque, la creatividad y la concentración a lo largo del día, todos los componentes clave que necesitamos para tener un gran día y sentirnos realmente bien con nosotros mismos. La dopamina es la molécula de la motivación que te impulsa a buscar recompensas en la consecución de objetivos y te permite realizar el esfuerzo que requiere el éxito.
"Todos somos diferentes y tenemos diferentes momentos del día en los que sentimos que tenemos más energía. En mi caso, me encanta entrenar por la mañana porque me da ánimos para el día. Me siento muy bien en mi cuerpo, mi cerebro está despejado y tiendo a tomar decisiones que sirven a mis objetivos a corto y largo plazo cuando me siento bien conmigo misma.
"No siempre es posible entrenar por la mañana, así que salgo a caminar después de cenar sin el teléfono para despejar la cabeza y favorecer el drenaje linfático y la digestión. A algunos de mis clientes les va muy bien el entrenamiento nocturno y consideran que no les afecta en absoluto al sueño. A mí me pasa lo contrario [cuando se trata de alta intensidad], pero he aprendido a ser suave conmigo misma, sea como sea el día".
Si no estás seguro de que un entrenamiento nocturno interrumpa tu rutina de sueño, ¡ponte a prueba con esa teoría! Pero es importante tener en cuenta que los entrenamientos de mayor intensidad aumentan la liberación de hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, que pueden hacer que te sientas excitado antes de acostarte a descansar, en lugar de cansado simplemente por la quema de energía calórica.
El aumento del ritmo cardíaco cuando se acerca la hora de acostarse es otro factor que puede impedir un sueño sólido y reparador, así que asegúrate de dar a tu cuerpo tiempo suficiente para relajarse. Tres horas antes de acostarse es suficiente para muchos, y prácticas como el yoga suave no tendrán este efecto cardíaco.
"Al pensar en los movimientos desde el punto de vista de la hora, es importante recordar que cualquier movimiento es importante. El movimiento, uno de los seis pilares del Soul Wellness Method, es un aspecto importante de nuestro ser. El movimiento nos permite agitar las cosas, nos da nuevos pensamientos e ideas, enciende nuestro cerebro y puede ser muy catártico. Estamos destinados a movernos. Puede ser tan sencillo como un paseo; caminar es muy poderoso", asegura Shauna.
