Aumentan las cirugías de personas que quieren parecerse a su versión con filtro de Snapchat
Aunque no lo creas, operarse para parecerse a tu selfie con filtro de orejitas de conejo es algo que está pasando.
¿Por qué subir una foto tuya normal y corriente cuando puedes adornarla con unas simpáticas orejitas de perro? ¿O con una naricilla de conejo? Para que engañarnos, estos filtros no solo te convierte en un animalito muy mono, también mejoran tu piel, agranda tus ojos, blanquean tus dientes, afina tu rostro... y no sabemos cuántas cosas más, pero lo cierto es que nos pone guapísimas. Y lo mejor de todo es que sigues siendo tú misma, solo que, llamémoslo "una versión mejorada de ti".
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Fotografiarse a diario con estos filtros está muy bien, siempre que no nos obsesionemos con ello. Y cuando decimos “obsesionemos” no estamos exagerando. Según un estudio publicado en la revista JAMA Facial Plastic Surgery Viewpoint elaborado por el Dr. Neelam Vashi, se está dando un nuevo fenómeno entre los más jóvenes que acuden a las clínicas de cirugía estética. Y es que los millennials ya no toman como referente a los celebrities en sus operaciones, si no que quieren parecerse a ellos mismos, pero en su versión con filtro.
El Dr. Tijion Esho lo ha llamado Snapchat sysmorphia, y asegura que ver fotos de nosotros mismos cada día en las redes sociales hace que seamos más críticos con nuestra imagen. De hecho, en 2017 el porcentaje de pacientes que acudió a una clínica de cirugía estética porque quería “salir mejor en los selfies” aumentó a un 55%, cuando en 2013 solo era un 13%.
Aplicaciones como Facetune no solo nos ponen filtros, si no que consiguen que alcancemos la perfección con solo un par de retoques a nuestra foto. Esta es una de las aplicaciones más utilizadas por las celebrities que comparten sus selfies en Instagram y cada día por más jóvenes y adolescentes que acaban distorsionando su imagen real. Tras acostumbrarse a su imagen retocada en la pantalla, el siguiente paso es tratar de reproducir esa imagen en la vida real, invirtiendo el orden que veníamos conociendo hasta ahora, es decir, reproducir en la pantalla lo que existía en la vida real.
“Un pequeño ajuste en Facetune puede afinar la piel, hacer que los dientes se vean más blancos o que los ojos y los labios sean más grandes. Se comparte rápidamente en Instagram y los 'Me Gusta' y los comentarios empiezan a llegar", cuenta Neelan Vashi
Otro dato preocupante es que los pacientes de cirugía estética menores de 30 años cada vez son un porcentaje mayor, algo claramente influido por la importancia del selfie y de la imagen en general en sus vidas. Querer operarse para parecerse a nuestra foto con filtro es una señal muy extrema de que existe un problema, pero no ignoremos otras señales sutiles en el día a día y tratemos de no darle tanta importancia a cómo nos vemos en la pantalla del móvil.
