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A punto de morir por culpa de un juguete sexual anal

ACCIDENTE SEXUAL

juguete sexual anal Esta joven ha estado a punto de morir en urgencias por un juguete sexual anal.

Aunque nadie se atreva a hablar de ello, los accidentes por juguetes sexuales son más comunes de lo que pensamos. Una joven llamada Emily Georgia ha vivido una experiencia tan desagradable con uno de estos juguetes que, aunque le parezca tremendamente vergonzoso hablar de ello, ha decidido hacerlo para acabar con el tabú. En muchas ocasiones, la gente no se atreve a pedir ayuda por lo embarazoso de la situación y acaban poniéndose en peligro. Por suerte, Emily sí que llegó a tiempo al hospital.

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No creerás lo que hace este juguete sexual que se coloca en el cuello

Esta chica se fue a casa una noche con un chico que conoció en un bar. Allí comenzaron a mantener relaciones sexuales y la excitación del momento les llevó a probar un juguete sexual que Emily tenía en su cajón. Se trataba de un juguete sexual anal que ella misma había comprado pero que aún no había tenido la oportunidad de probar.

Aunque ambos estaban de acuerdo en probarlo, la cosa no salió como esperaban. “Creo que se excitó demasiado y lo introdujo en mi culo hasta que no pudo sacarlo”, cuenta Emily. Llegado este momento, el dolor era tan que la chica pidió a su acompañante que la llevara al hospital, pero este le quitó importancia. “Me dijo que saldría solo y de forma natural”. Dicho esto, el joven se largó de su casa dejándola allí sola y dolorida.

Por suerte para Emily, una de sus compañeras de piso estaba en su habitación y fue quien se encargó de llevarla a urgencias, después de comprobar que su compañera no estaba bromeando.

Una vez en el hospital, Emily escribió una nota contando lo ocurrido para entregarla en recepción y que nadie más pudiera oír su historia. La recepcionista se acercó a ella y le susurró: “ocurre con muchísima más frecuencia de lo que nadie es capaz de imaginar”.

Aunque los médico se preocuparon por la profundidad del juguete sexual anal y pensaron que quizás había que operar, finalmente pudieron extraerlo. Emily pasó tres días en el hospital hasta recuperarse por completo. Ahora cuenta su historia para que dejemos de avergonzarnos por estos incidentes tan comunes.

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