Agua Caliente vs. Agua Fría: ¿Cuál es Mejor para la Salud de tu Piel?

La temperatura del agua que prefieres al lavarte la cara y el cuerpo puede impactar la efectividad de tu rutina diaria de cuidado de la piel.
Si bien enjuagarse ocasionalmente con agua fría puede tener algunos beneficios, usar agua muy caliente o fría para lavar tu cara puede causar piel seca e irritada.
Se recomienda limpiar tu rostro dos veces al día usando agua tibia y un limpiador suave adecuado para tu tipo de piel.
¿Cuál es la mejor agua para la piel? ¿Cuál es la diferencia entre agua dura y agua blanda?
¿Qué Temperatura de Agua es Mejor para la Salud de la Piel?
La Academia Americana de Dermatología (AAD) recomienda usar agua tibia en lugar de agua caliente o fría al lavarte la cara. También se sugiere enjuagar con agua tibia y secar suavemente tu rostro.
Mientras que varios remedios caseros o fuentes en línea pueden alardear de usar agua muy caliente o fría para mejorar la salud de la piel, estas temperaturas extremas pueden hacer más daño que bien, especialmente si tienes piel sensible o propensa al acné.
Beneficios para la Piel del Agua Fría vs. Agua Caliente
Lavar tu cara con agua tibia es lo mejor para el cuidado de la piel de rutina, pero hay algunas ventajas potenciales al usar agua fría en ocasiones. El agua fría puede aumentar el flujo sanguíneo a tu cara, mejorando la protección de tu piel contra los radicales libres, compuestos dañinos causados por la exposición a la luz UV y la contaminación. El agua fría también puede tensar la piel y darle un aspecto de brillo más saludable.
El agua fría puede reducir la hinchazón y la inflamación, incluyendo la inflamación común en el acné. También hay evidencia limitada que sugiere que el agua fría puede reducir la producción de aceite en tu rostro, lo cual podría ser beneficioso para las personas con acné. Si decides usar agua fría, la mayoría de los expertos sugieren hacerlo después de completar el proceso de limpieza.
Hay casi ningún beneficio en usar agua caliente (por encima de 107.6 grados Fahrenheit o 42 grados Celsius) para lavar tu cara o cuerpo, a menos que sea tu preferencia. Sin embargo, la terapia de calor a corto plazo puede ser útil para tratar ciertas condiciones de la piel como la dermatitis atópica (un tipo común de eczema). En un estudio, esta terapia se utilizó para aliviar la picazón.
Los investigadores aplicaron calor (120 grados Fahrenheit o 49 grados Celsius) con un dispositivo durante cinco segundos en un área afectada por picazón. Esta breve aplicación de calor redujo significativamente la picazón y proporcionó un alivio duradero. Sin embargo, la efectividad variaba de persona a persona, por lo que el tratamiento puede no funcionar para todos.
Desventajas del Agua Fría vs. Agua Caliente
Aunque lavarte la cara con agua fría puede tener algunas ventajas, la mayoría de los expertos recomiendan usar agua tibia para limpiar. El agua fría es menos efectiva para eliminar el aceite y la suciedad de tu piel, lo que puede hacer que los limpiadores sean menos efectivos, permitiendo que bacterias y desechos se queden atrapados en tus poros. El agua fría también puede irritar la piel sensible y dejar un residuo de tus productos en la piel.
En un estudio, los investigadores pidieron a los participantes que sumergieran sus manos en agua a 39.2 grados Fahrenheit (4 grados Celsius) durante 10 minutos, una exposición similar a un largo baño en agua casi helada. Encontraron que el agua fría puede dañar tu barrera cutánea y causar sequedad, aunque no de manera tan significativa como lo puede hacer el agua caliente.
Lavar tu cara con agua caliente puede ser igualmente, si no más, irritante para tu piel que el agua fría. La investigación sugiere que la exposición a altas temperaturas puede provocar sequedad en la piel, acumulación de aceite, daños en la piel y arrugas.
Un estudio encontró que el agua caliente puede hacer que las células de la piel que recubren tus poros se estrechen, dificultando la eliminación de sebo (aceite) y potencialmente resultando en poros obstruidos. El agua caliente también puede dañar tu barrera cutánea y hacer que tu piel sea más propensa a brotes.
Consejos para Lavar tu Cara
Cómo lavas tu cara—y la temperatura del agua que eliges—es una parte importante de una rutina de cuidado de la piel saludable. Los métodos de limpieza agresivos pueden dañar tu piel, causar brotes o llevar a la irritación. Aquí hay pasos a seguir al lavar tu cara:
- Lava tus manos con jabón y agua antes de empezar.
- Salpica agua tibia en tu cara.
- Aplica una pequeña cantidad de limpiador formulado para tu tipo de piel.
- Usa tus yemas de los dedos para masajear suavemente el limpiador en tu piel.
- Concéntrate en áreas donde el aceite puede reunirse, como la zona T (la nariz y la frente), y ten cuidado alrededor de tus ojos.
- Evita usar un paño de limpieza, esponja de malla, o cualquier otro objeto para frotar el limpiador, ya que esto puede llevar a la irritación de la piel.
- Evita frotar tu piel—incluso si sientes que está sucia o si tienes acné.
- Enjuaga tu cara a fondo con agua tibia hasta que el limpiador desaparezca.
- Seca tu piel con una toalla limpia, dejando tu piel ligeramente húmeda.
- Aplica un humectante mientras tu cara está húmeda para ayudar a mantener la hidratación de tu piel.
- Limita el lavado de tu cara a dos veces al día; puede que necesites lavarte la cara más veces si has estado sudando, como después de un entrenamiento.
Lavar tu cara regularmente es una parte importante de una rutina de cuidado de la piel saludable. Usar agua tibia y elegir un limpiador adecuado para tu tipo de piel puede ayudar a mantener la salud de tu piel. Limpiar con agua caliente o fría puede resultar en piel seca e irritada y debilitar tu barrera cutánea. Habla con un dermatólogo si tienes preguntas sobre la mejor rutina de limpieza para tus necesidades o condiciones específicas de cuidado de la piel.
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