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Cómo proteger la piel de los peligros del agua del mar este verano

Sol, arena, agua salada y... ¿problemas de piel? Aunque el agua del mar no es necesariamente mala para la piel, los baños frecuentes combinados con la arena áspera y el bombardeo de rayos UV del sol pueden pasar factura. Pero antes de deshacer la maleta de la playa y decidir no meterte en el agua este verano, veamos los beneficios del agua del mar.

Obviamente, el agua de mar contiene sal; si alguna vez has tenido la desgracia de que te entre en los ojos o en un corte abierto, probablemente seas consciente de su salinidad. Pero nadar en esta agua salada puede ser excelente para la exfoliación. Además de sal, el agua del océano también contiene una gran cantidad de minerales naturales como magnesio, zinc y calcio. Se ha comprobado que el agua de las profundidades marinas, extraída de profundidades que alcanzan los 200 metros, disminuye problemas de la piel como la hinchazón, la sequedad, los picores y las rojeces. Sin embargo, no hace falta bucear para disfrutar de los beneficios del agua de mar. El agua salada es antibacteriana y antimicrobiana, lo que significa que la sal marina puede ayudar a tratar el acné.

En realidad, no hay por qué renunciar al mar este verano, ya que sumergirse en él puede ser beneficioso para la piel. Sin embargo, puede haber demasiado de algo bueno, y ahí es donde surgen los peligros del agua de mar. Tanto si vas a pasar el verano en el mar como si sólo vas una semana, estos son los consejos que necesitas para proteger tu piel.

Qué hay que tener en cuenta con el agua del océano Cómo proteger la piel de los peligros del agua del mar este verano

La mayor parte del agua del océano no es mala, aunque hay algunos lugares donde la contaminación puede ser un problema. Si los niveles de toxicidad son elevados debido a un vertido accidental, lo mejor es evitar bañarse. Estas sustancias químicas pueden irritar la piel y provocar complicaciones de salud aún peores. Los problemas cutáneos naturales del océano vienen en forma de floraciones de algas sargazo. Estas algas flotantes pueden irritar la piel si se tocan o se nada en ellas.

El agua de mar normal puede convertirse en un problema si nadas con frecuencia y no cuidas tu piel. La exposición constante al mar, combinada con el sol y la arena, puede resecar e irritar la piel. Dejar que el agua salada se seque al aire en el pelo y el cuerpo es especialmente duro para la epidermis y puede dejar el pelo quebradizo (al igual que los sprays de sal marina). Además, los científicos han descubierto que el tiempo pasado en el mar puede alterar las bacterias de la piel, lo que se conoce como microbioma.

Cuando el agua salada elimina algunas bacterias (como las causantes del acné), se obtienen beneficios. Pero si se eliminan demasiadas bacterias normales y sanas, puede ser problemático. Marisa Chattman Nielsen, MS, autora principal del estudio, dijo: "Mientras nadábamos, las bacterias residentes normales eran eliminadas mientras que las bacterias del océano se depositaban en la piel", esto podría dificultar que tu cuerpo luche contra los gérmenes, poniéndote en riesgo de infección. Por suerte, puedes tomar medidas para proteger tu piel y tu salud del agua del mar.

Baño seguro y cuidado de la piel
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A veces, lo mejor es evitar el mar por completo. Si hay floración de algas o posibilidad de contaminación del agua, lo mejor es posponer la visita a la playa. Normalmente, las autoridades locales te avisarán cuando el agua no sea segura. En épocas de mayor toxicidad, mantenerse fuera del agua es la mejor forma de proteger la piel. Aunque no haya alertas sobre la calidad del agua, es aconsejable que te abstengas de bañarte si tienes una herida abierta. No sólo será doloroso, sino que te arriesgarás a exponerte a bacterias que podrían infectar el corte.

Si el agua es apta para nadar, deberás seguir una rutina de cuidado de la piel adecuada después de nadar para mantener tu capa más externa sana y feliz. Cuando termines de chapotear en las olas, enjuágate con agua dulce. Elimina todas las partículas de arena y frota suavemente la piel para eliminar la acumulación de sal. Afortunadamente, la mayoría de las playas y zonas de baño públicas disponen de cómodas duchas.

Una vez limpia, alivia la piel con una crema hidratante. Normalmente, lo mejor es no secarse al aire, sino darse palmaditas y aplicarse una crema o pomada hidratante más espesa. Utilizar una fórmula hidratante de la cabeza a los pies te ayudará a combatir la sequedad causada por el sol, la arena y el agua salada. Enjabonarse antes de acostarse puede ser especialmente útil para que la piel tenga tiempo de absorberlo todo. Pero recuerda, si tu próxima parada no es bajo techo, añade una capa de SPF sobre tu crema hidratante.

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