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¿Por qué me apetece comer carne antes de la menstruación?

En los días previos a la menstruación, estoy hambrienta. Insaciable, incluso.

Mis amigas y yo bromeamos sobre los signos reveladores de que estamos en la cúspide de la menstruación. A los dos días, sin falta, necesito una hamburguesa para comer. Quizá un filete más tarde para cenar, con sal extra. El día anterior, pienso en salsa de salchichas, pastel de venado y patatas asadas.

No es una coincidencia. Nuestros cuerpos son más inteligentes de lo que se cree.

Durante la fase lútea, la fase posterior a la ovulación pero anterior a la menstruación, nuestro cuerpo se prepara para una de estas dos situaciones: estamos embarazadas o estamos a punto de tener la regla. Cualquiera de las dos situaciones requiere dos cosas a raudales: nutrientes y minerales, sobre todo hierro.

El hierro ayuda a mantener un flujo sanguíneo y un volumen sanos, e incluso favorece la salud hormonal. Es esencial para el revestimiento uterino que se desprende como resultado de la menstruación o se vuelve voluptuoso para apoyar y mantener la implantación del embrión y el embarazo. Como el desarrollo del feto requiere abundancia de hierro, nuestro cuerpo anhela alimentos ricos en hierro. Nuestros cuerpos también saben que agotamos nuestras reservas de hierro durante la menstruación, así que somos subconscientemente proactivas. ¡Nos encanta!

El hierro hemo, una forma de hierro de absorción más eficaz, abunda en la carne.

Alimentos ricos en hierro hemo:

  • Hígado de pollo o ternera
  • Ostras
  • Sardinas
  • Carne picada de vacuno o bisonte
  • Venado
  • Almejas
  • Cordero

Podemos aumentar las tasas de absorción combinando alimentos ricos en hierro con alimentos ácidos como los cítricos o el vinagre. Por ejemplo, ostras con mignonette (una salsa a base de vinagre) o carne picada en salsa de tomate (una razón de peso para pedir espaguetis a la boloñesa). Pero no coma queso parmesano. Los lácteos dificultan la absorción del hierro.

Si eres vegetariana o pescatariana, es un poco más difícil reforzar tu ingesta de hierro antes del periodo. Es probable que experimente una mayor irritabilidad o fatiga, que puede combatir tomando un suplemento de hierro.

Los antojos suelen ser herramientas.

La fase lútea presenta cambios metabólicos y hormonales. Nuestra glucemia se ve afectada. Cuando bajamos el ritmo y escuchamos a nuestro cuerpo, solemos oír exactamente lo que necesitamos: descanso, alimentación, conexión o, tal vez, desconexión.

Lo mismo ocurre con las ansias de comer. Los antojos de chocolate, por ejemplo, pueden significar que estamos bajos en otro mineral esencial, el magnesio. Debemos considerar estos antojos como mensajes de que necesitamos apoyo nutricional.

No me malinterpretes. No estoy sugiriendo que nos comamos tres donuts porque estamos a punto de empezar la regla y tenemos antojo de algo dulce. En lugar de eso, piensa en el antojo de dulce como un grito de carbohidratos complejos. Asa un poco de boniato, acompáñalo con unos muslos de pollo a la plancha y verás cómo te sientes después. Cómete el donut de postre, pero lo más probable es que ya no te apetezca.

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