Por qué necesitas el Manifiesto feminista de las madres

Es hora de que las madres reconozcamos nuestra valía y empecemos a exigir más. Estos cuatro pasos conforman el manifiesto de las madres feministas. Y estas áreas son clave porque, cuando empezamos a centrarnos en nuestras propias emociones, empezamos a darnos cuenta de lo poderosas que somos realmente.
Uno. Confía en tu instinto
Nuestra mente y nuestro cuerpo captan todo el tiempo señales sutiles de nuestro entorno y nos transmiten esas sensaciones viscerales que normalmente no podemos explicar del todo (pero que suelen resultar acertadas). Aprender a confiar en tu instinto como madre consiste en dar prioridad a tu propia intuición, valores y opiniones por encima de los de otras personas. Cuando confías en tu instinto y te dejas guiar por tu intuición, puedes tomar decisiones como madre con confianza e integridad.
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Si te cuesta confiar en tu instinto o no te sientes muy en contacto con tu intuición, empieza con pequeños pasos para generar confianza. Deja que tu instinto decida en qué taza tomar el café de la mañana, qué ruta tomar para ir al trabajo o a qué amigo enviar un mensaje de texto para ponernos al día. A medida que aumente tu confianza en ti mismo, utilizar tu instinto para tomar decisiones más arriesgadas se convertirá en algo natural.
Dos. Cuida de ti
Si no cuidas de tu propia salud y bienestar, estás descuidando a la persona más importante del universo de tu hijo. Es fácil que nos habituemos a ponernos en último lugar, creyendo que así el bienestar de nuestros hijos recibe un impulso adicional. La realidad no podría estar más lejos de la realidad. La salud mental de las madres es la salud mental de los niños, y cuanto más equilibres la atención a tus propias necesidades con el cuidado de tus hijos, mejor os sentiréis todos.
Cuando se dedica tiempo y recursos a cuidar de sí misma -ya sea contratando una guardería, acostándose los fines de semana con su pareja o dedicándose tiempo a sí misma mientras sus hijos ven la televisión-, no sólo recarga sus propias pilas, sino que regala a sus hijos una madre descansada, menos estresada y más feliz.
Tres. Deja la culpa
Si crees que sería egoísta por tu parte dedicarte más tiempo, energía o dinero a ti mismo, es hora de reconocer que eres un ser humano y que importas tanto como cualquier otro miembro de tu familia. Tus sentimientos y tu salud mental y física importan. Tus sueños y ambiciones importan. El hecho de que cuidar de ti misma te convierta en una madre mejor, con más energía y paciencia, es un extra añadido.
Si le resulta difícil liberarse de la culpa, empiece por cómo se trata a sí mismo cuando está con sus hijos. Piense en el tipo de modelo que le gustaría ser, porque los niños siempre aprenden de usted. Algo tan pequeño como asegurarte de llevar un tentempié y una bebida tanto para ti como para tus hijos puede ser suficiente para empezar a cambiar tus sentimientos sobre el autocuidado.

Cuatro. Deja de compararte
Todo el mundo es un "yo": un ser humano complejo, desordenado e incoherente que muestra su cara más presentable al mundo. El problema es que sólo vemos el exterior de los demás, las cosas que deciden compartir. Y nosotros experimentamos todo nuestro desorden, nuestros fracasos y nuestros momentos de vergüenza ajena... así como nuestras victorias, placeres y talentos. Por eso, es muy natural comparar nuestro yo con el yo presentable de los demás.
Vemos una instantánea de la vida de un desconocido y suponemos que la resume por completo. No vemos sus inseguridades, sus recuerdos, el trabajo o la suerte que se han invertido en esa instantánea, y nuestro cerebro utiliza nuestras propias inseguridades para rellenar esos huecos. La atención plena puede ser de gran ayuda en este tipo de comparaciones: centra tu atención en el momento presente y describe lo que ves y sientes, sin juzgar. Simplificar tus pensamientos de esta manera puede ayudarte a distinguir los hechos de las suposiciones, y detiene el pensamiento negativo en seco.
Mother Power: A Feminist's Guide to Motherhood, de Poppy O'Neill, ya está a la venta.
